El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó ayer martes una inversión de casi 3.5 millones de euros para resolver los problemas de eficiencia de la planta desaladora de la Costa del Sol situada en Marbella.
Desde la Mancomunidad de Municipios han señalado “esta actuación pondrá fin a la situación crítica de esta desaladora por problemas funcionales y operacionales y que es fundamental para la calidad del agua. Esta actuación está declarada de interés de la Comunidad Autónoma de Andalucía dentro de las actuaciones que se llevan a cabo para paliar los efectos de la sequía”.
El objetivo principal de la actuación consiste en mejorar la calidad del agua desalada mediante la sustitución de cuatro bastidores antiguos de membranas de fibra hueca por dos bastidores nuevos de membranas de arrollamiento en espiral, suministros de tubos de presión, adaptación de las conducciones de alimentación, rechazo, agua producto y limpieza química, válvulas, accesorios, soportes y demás instrumentos, así como la sustitución de los colectores de acero inoxidable para que puedan seguir operativos. Adicionalmente, se instalará un nuevo bastidor de segundo paso que va a permitir una mayor eficiencia y mejor aprovechamiento del agua al conseguir que sólo se rechace un 1,8% del caudal producido en el primer paso.
La planta desaladora de la Costa del Sol es un seguro de vida para quienes viven en el litoral malagueño. Fue construida para paliar el largo periodo sin lluvias que sufrió Málaga en la primera mitad de los años 90. El entonces alcalde de Marbella, y presidente de la Mancomunidad de la Costa del Sol Occidental, Jesús Gil, impulsó la construcción de esta infraestructura con el visto bueno del entonces ministro José Borrell. La sequía en los años 90 fue terrible, con los ríos secos y los pozos salinizándose, se impulsó la construcción de los embalses de Guadalmansa, Guadalmina y Guadaiza. Incluso se hicieron catas en el nacimiento del río Verde. Se construyó con un decreto especial del ministerio y la planta desaladora tuvo un coste de 40 millones de euros.
La planta desaladora del Costa del Sol entró en funcionamiento en 2004. Trabajan más de 25 personas que están en turnos las 24 horas del día. Se hace una parada técnica un mes al año, normalmente en invierno, cuando menos demanda hay para tareas de mantenimiento y reparación. Tiene capacidad para desalinizar 56 millones de litros de agua al día en sus ocho líneas de producción (20 hectómetros al año, el equivalente a un tercio de la capacidad de la presa de río Verde).
Vuelve a sobrevolar el riesgo de sequía, a pesar de las recientes lluvias, y hace falta, con el dinero aportado por la Junta, tener a punto la desaladora.
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