Dentro del programa de actividades que se están realizando en el molino de Guadalpín, organizado por la asociación Marbella Activa en colaboración con Ecologistas Malaka, Mujeres en las Veredas, Cilniana, Produnas, el IES Bahía de Marbella, IES Cilniana y asociación Huertos Urbanos Marbella Verde, hoy miércoles 26 de marzo, alumnos del IES Sierra Blanca de 4º de ESO de Diversificación con el profesor Pablo Herrera se han incorporado como voluntarios en la limpieza del molino de Guadalpín, también conocido como de Magaña o de Nuño de Villafañe.
La actividad ha consistido en una breve explicación sobre la historia del molino, su valor patrimonial y conocimiento del entorno. Cada uno de ellos ha podido elegir una herramienta y ya sea desbrozando parte de la acequia o retirando cobertura vegetal de la balsa, se han empleado a fondo.
Les ha encantado la actividad y algunos de ellos manifestaban su deseo de volver. Esta actividad aunque requiere cierto esfuerzo físico es lúdica y divertida, se sale de sus rutinas y ofrece algo nuevo en un medio que no conocen. Además el bosque circundante, con el río que está precioso, ofrece un paisaje natural de gran belleza.
Recordar que los voluntarios llevan trabajando más de cuatro meses con el objetivo de frenar su progresivo deterioro. El molino se encuentra en un estado de ruina avanzado, provocado no solo por su abandono sino también por vándalos, expoliadores y por la erosión propia de la naturaleza que está causando daños irreversibles.
HISTORIA Y VALOR PATRIMONIAL
Actualmente conocido como molino de Magaña, guarda entre sus muros una historia que lo ubica cronológicamente en los años inmediatos a la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos; así en 1488 los monarcas concedían a Nuño de Villafañe, por sus buenos servicios, un sitio de molino «para que en el arroyo de Guadapin, ques en término de la çibdad de Marbella, en un golpe questá en el dicho arroyo, que ha por linderos de la una parte el monte e exido del conçejo de la dicha çibdad e de la otra parte vancales de huertas de la dicha çibdad, podades faser e edificar e fagades e edifiquedes un molino con las ruedas que vos quisierdes».
Villafañe, regidor en León en 1475, participó en 1480 en las Cortes de Toledo en representación de la capital castellana. Solo un mes después de la conquista de Marbella fue nombrado contador de la gente de pie y caballo y receptor del quinto real obtenido de todas las cabalgadas y presas y alcalde vitalicio de nuestra ciudad a la que se trasladó acumulando pronto poder y riqueza.
En 1846 el molino harinero de Guadalpín era propiedad de Francisco Rosado. «Sabemos que estuvo en funcionamiento entre 1918 y 1952 gracias a uno de los últimos molineros de Marbella Francisco Millán Jiménez, apodado Magaña. Su nieta Carmen Mata Millán es hija de Paqui la del molino», explican desde Marbella Activa.
El molino es uno de los edificios históricos más olvidados del término municipal, nunca se ha intervenido para protegerlo, nunca se ha hecho una limpieza. Se incluyó en el PGOU de 2010 como bien inmueble histórico protegido pero todo quedó en el papel. Hasta hace poco se encontraba cubierto de vegetación, lleno de basura, abandonado y dejado a su suerte.
Tras el camuflaje vegetal, se aprecia un edificio en el que se conservan los elementos esenciales de un molino hidráulico que aprovechaba la fuerza de la cascada cercana del Guadalpín que se encauzaba por la atarjea y el cubo, conservando en su interior dos piedras de molino.
En 2019 Impulsa Ciudad solicitó su protección y limpieza al Ayuntamiento «sin que haya recibido respuesta alguna de las delegaciones de Cultura y Medio Ambiente lo que es muestra de su nulo interés por nuestro patrimonio histórico«.