Han pasado siete años desde que se anunciara por primera vez la reforma de la ruinosa ermita del parque Vigil de Quiñones. Su arreglo ha sido anunciado de forma recurrente tanto por la alcaldesa Ángeles Muñoz como por el alcalde José Bernal. Esta edificación se encuentra en un estado deplorable, con muros rotos, el enrejado por el suelo, el techo derrumbado y abierta a que cualquier menor pueda tener un accidente en su interior.
Parece que este abandono secular, no sólo de la ermita si no de todo el parque, tendrá un final a medio plazo: el Ayuntamiento va a recuperar para uso público la parcela de 4.685 metros cuadrados de este espacio público. Se van a invertir algo más de 600.000 euros procedentes del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), para remodelar de forma integral el recinto con unos trabajos que están previstos que comiencen antes de que finalice este año, ya que el proyecto se encuentra en periodo de licitación y el plazo de presentación de ofertas expira en agosto.
Dentro de esta actuación, se contempla rehabilitación de la capilla ubicada en las ruinas de la antigua ermita para uso cultural, en concreto para crear un centro de interpretación del uso primitivo del campamento.
A nivel global, el proyecto contempla la puesta en valor de los terrenos, que actualmente cuenta con edificaciones que estén en desuso y una reforma integral del área con la ejecución de una serie de trabajos que combinarán los conceptos de parque-jardín y de espacio urbano, propiciando un paisaje acorde a este pulmón verde. La regeneración contempla el ajardinamiento de la parcela, con la plantación de nuevas especies y la recuperación de las existentes; la instalación de luminarias más eficientes y de bajo consumo; la construcción de plataformas peatonales continuas y la dotación de mobiliario urbano.