La Fundación Arboretum continua con su idea de “cultivar comunidad”. Para ello, abrirá de nuevo el espacio de 350 metros cuadrados en el que desde octubre pasado hay 11 hortelanos que trabajan la tierra, cultivándola y cosechándola “entre todos” dando forma así al Huerto Comunitario Armonía, el nuevo proyecto del colectivo medioambiental. Se trata, explica el presidente de Arboretum, Alejandro Orioli, de “decidir juntos, entre todos, qué cultivar, cómo cultivarlo, para después cuidarlo, cosecharlo y disfrutarlo”.

La Fundación da así un paso más y después de haber creado “Eutopía”, su programa de parcelas privadas para cultivarse en familia, quiere ahora “crear una comunidad de personas que tengan varios intereses en común”. Orioli lo llama “cultivar comunidad”. Se basa en la idea en la que Arboretum lleva un par de años enfocada: atender la emergencia climática y ecológica declarada en España. “Entendemos que lo que pueda venir por delante es mejor vivirlo en comunidad que solos”. Esta filosofía o dinámica de trabajo surgió con el confinamiento por la pandemia del COVID-19. Explica el presidente del colectivo que en aquellos meses “tuvimos que cerrar los huertos como cualquier otro parque, pero pudimos, gracias a una tarea de ir construyendo comunidad, hacer grupos para cuidar los espacios” de modo que “todos los días iba alguien a ver y cuidar los huertos de todos, y cosechar para llevar los productos a las casas de los hortelanos, sobre todo a las de gente vulnerable y mayor de 60 años”.

El método de trabajo de la tierra incluye una asamblea cada segundo domingo de cada mes, en la que además de lo estrictamente relacionado con el huerto, también “abordamos otros aspectos que tienen que ver con la comunidad” señala Orioli. El huerto comunitario desarrolla también un proyecto llamado “Mercado con valores” basado en buscar la relación directa entre el productor y el consumidor.

La Fundación posee además un invernadero donde “producimos nuestras plantas a partir de un banco de semillas propio” en el que “nos dedicamos a la recuperación de especies autóctonas promoviendo cultivos de máximo valor nutricional y máxima resistencia al cambio climático (que requieran la menor cantidad de agua posible)”. De este invernadero se vende “por un precio simbólico” a los propios hortelanos para que siembren esas plantas en sus huertos. De este modo, señala Orioli, “promovemos la seguridad fitosanitaria, evitando que entren plantas del exterior que puedan traer alguna plaga”, tal y como ha ocurrido en alguna ocasión anterior.

Los posibles nuevos hortelanos que estén interesados en engrosar la comunidad deben contactar por correo electrónico en contacto@fundacionarboretum.org o llamar por teléfono al 951 137 210. Durante el próximo abril habrá una jornada de puertas abiertas y los responsables de Arboretum harán entrevistas personalizadas a los interesados con el propósito de empezar a formar parte del huerto comunitario en mayo, de cara a la temporada de verano. Los nuevos hortelanos deberán comprometerse a trabajar durante un mínimo de seis meses; si después les gusta la experiencia, pueden seguir otro semestre más. El compromiso exigido no persigue otro objetivo que “no romper la dinámica de grupo y vivir la dinámica completa de un ciclo estacional”.

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