EL HUMANISMO Y LOS ARRABALES
El acoso que ha sufrido Gabriel, el alumno con la nota más alta en la EVAU (antigua selectividad) en Madrid, por parte de esa comunidad de haters que campean en las redes y también en los medios, me reafirma en un par de cuestiones: que se vive mejor sin redes sociales —también sin algunos medios— y que siempre será mucho mejor hacer lo que te gusta pensando en tu felicidad más que en tu cuenta corriente.
Ya es una noticia recurrente cada año en los medios destacar a los alumnos y alumnas con las notas más altas en esta prueba de acceso. En el caso de Gabriel, su osadía y lo que es noticia es querer estudiar filología clásica en lugar de las carreras con más futuro como son las ingenierías, matemáticas, administración de empresas o medicina.
Ese empeño de Gabriel por las humanidades, y por la filología clásica en concreto, pensando más en su felicidad antes que en el éxito viene avalado por las ciencias sociales. La tendencia actual del sistema educativo pone el foco en un conocimiento útil que fomente alumnos competentes para el mercado laboral en contraposición al enfoque humanista que promueve individuos con una formación integral, mucho más sensibles y críticos ante lo que sucede alrededor. Personas que, más allá de su preparación curricular, tengan un desarrollo moral y ético que los acompañe en su vida.
En la entrevista que tuve este pasado martes en Cadena Ser con Mª Ángeles Cervantes y el artista visual marbellí con proyección internacional, Víctor Marín, hablamos de estas cosas; de la importancia de estudiar y trabajar de forma vocacional. Hice alusión al estudio del doctor y profesor de Harvard, Mark Albion, que demostró en una investigación que el amor por lo que uno hace es más exitoso, personal y laboralmente, que la búsqueda de la seguridad.
Este investigador social basó su estudio sobre 1500 graduados de escuelas de negocios, desde1960 a 1980 y los dividió en dos categorías: los del grupo A que afirmaban que debían ganar dinero en primer lugar para luego dedicarse a lo que realmente querían hacer y representaban el 83% del total. Y la categoría B, más arriesgados, buscaban en primer lugar cumplir con sus sueños, vocaciones o desarrollar sus habilidades. Constituían el 17% restante.
A los 20 años de concluir este estudio aquel 17% demostró que eran personas más sanas, felices, satisfechas y con mejor disposición ante la vida. Lo más destacable en mi opinión es que de esos1500 alumnos, había 101 de ellos que habían logrado una gran prosperidad individual y social ¿sabéis cuántos pertenecían al grupo A? Solo una persona, los cien restantes pertenecían al grupo B, curiosamente aquellos que habían decidido que en su vida laboral lo primero no era cuánto ganar sino cómo.
Gabriel ante la absurda polémica lo dejó claro: ‘No todo es dinero’. No solo ha demostrado su capacidad con sus notas sino con su decisión, aunque esta vaya contra el pensamiento predominante. Desgraciadamente, pese a las evidencias que nos ilustra el conocimiento científico, este enfoque humanista se encuentra relegado en los arrabales de la educación actual que prioriza un conocimiento práctico orientado al mercado laboral cuando podrían complementarse ambos enfoques. Ya hablaremos en otro momento del enfoque emocional.
Javier Lima
El tramo de la avenida Ramón y Cajal, entre Puerta del Mar y Miguel Cano,…
El evento comienza a las 9:30 horas con actividades de yoga y otras terapias para…
Aún estás a tiempo de participar este domingo como voluntario en esta actividad medioambiental.
La Policía Nacional ha detenido a tres hombres que dispararon contra un miembro de un…
Se celebrará el 16 de enero en el Palacio de Congresos Adolfo Suárez y está…
El Ayuntamiento acometerá obras de mejora en el embalse tras conocerse un informe demoledor de…
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario.
Leer más