Desde San Pedro hasta Río Real las playas de Marbella han sido regeneradas con una llamativa arena rojiza que, aunque es de una alta calidad, ha acaparado titulares en prensa y conversaciones entre vecinos. Lo que pocos saben es que esta arena roja procede de una duna espectacular que hay en Las Chapas que está siendo urbanizada para hacer una promoción inmobiliaria de lujo. El desarrollo urbanístico ha pasado por encima de la riqueza medioambiental única de la costa Este marbellí. Esta es la historia de la duna del Barronal de la Morena.

Este enclave natural situado en Las Chapas, junto a la playa del Alicate, forma parte de la Reserva Ecológica Dunas de Marbella. Concretamente, el Barronal de la Morena es una duna única: era la más alta de la provincia de Málaga con 22 metros de altura y, al proyectarse hacia el interior más de 600 metros tierra adentro, desde la Nacional a la playa, llegó a conservar todos los ecosistemas que caracterizan a las dunas mediterráneas, acogiendo todo tipo de insectos (más de 20 especies de escarabajos), reptiles, especies vegetales autóctonas y siendo lugar de descanso para numerosas especies de aves migratorias.

Franja verde espectacular. Plano aéreo de hace unos años donde puede apreciarse la duna del Barronal de la Morena en todo su esplendor. Casi nada queda ya.

Ahora, apenas queda una fracción de la duna del Barronal de la Morena. Una promotora inmobiliaria está construyendo 32 villas, 32 apartamentos, 32 áticos y un Club Social ocupando tres cuartas partes de la duna original y dejando sólo sin tocar un franja de 100 x 100 metros de largo y ancho junto al mar. De hecho, la promoción que se ha comido casi toda la duna vende de este modo su privilegiado emplazamiento costero: “situada junto al ecosistema dunar protegido donde el sonido de las olas y la brisa arrulla el alma, esta promoción se erige como un magnífico conjunto residencial de líneas contemporáneas que abraza su entorno”.

Desde el colectivo Produnas han explicado a este periódico que la zona protegida dentro de la Reserva Ecológica sólo abarca 100 metros hacia el interior, con lo que a partir de ese punto hasta casi la carretera A-7 puede urbanizarse en base al PGOU de 1986, el que aún rige en el municipio. Por tanto, la promoción inmobiliaria que está “abrazando” la duna es completamente legal.

LAS EXCAVADORAS ARRASARON LA DUNA HACE 15 AÑOS

Es la historia de una muerte anunciada. En 2009, profesores universitarios de la UMA presentaron en nombre de la Sociedad Española Ornitológica (SEO Birdlife), alegaciones al PGOU para que se protegiera la duna enunciando la enorme riqueza de los ecosistemas dunares que coexistían en el Barronal de la Morena. En el escrito se consideraba que era “la duna más alta de toda Málaga, alberga la mejor muestra de matorral mediterráneo (asociación Asparago-Rhamnetum oleoidis)de todo el litoral malagueño occidental y constituye un paisaje magnífico e insólito”.

El ornitólogo Antonio Figueredo, de SEO Birdlife, recuerda que, a los pocos días de que se presentaran las alegaciones en el Ayuntamiento, unas excavadoras arrasaron completamente la duna. “Mutilaron el ecosistema dunar. Lo peor fue que, cuando arrasas un espacio natural como este se modifican los componentes químicos del suelo, lo que favorece la entrada de especies invasoras como las cañas o las mimosas. Por tanto, el daño es doble”. La presidenta de Produnas, Susana Stamm, recuerda también que han sido varias las veces que las excavadoras entraron en la duna, arrasando con las especies autóctonas.

Aparcamiento construido en la zona de protección. Al fondo, grúas y obreros construyendo el complejo inmobiliario de lujo.

Actualmente, el resto de duna que queda está completamente colonizado por las cañas, las mimosas falsas y otras especies invasoras. La presidenta de Produnas ha explicado a este periódico que “los voluntarios de Produnas plantamos unos 25 pinos autóctonos en la duna para ir recuperando especies autóctonas, instalando un sistema de riego. Sin embargo, los dos años de trabajo no sirvieron de nada porque todos los árboles fueron envenenados”.

Susana Stamm considera que hay que llevar a cabo un esfuerzo especial para sanear y conservar en mejores condiciones lo que queda de esta duna única. Según asegura, “desde la Delegación de Medio Ambiente y Playas del Ayuntamiento han mostrado su voluntad de actuar en la duna”. A inicios de junio pidieron una reunión con el concejal Diego López, que les ha dado cita para finales de julio.

UN APARCAMIENTO PÚBLICO EN MEDIO DE LA DUNA

Otro elemento invasor que ha dañado al Barronal de la Morena fue la construcción en 2021, dentro del espacio de 100 metros protegidos de la duna, de un aparcamiento público para unos 15/20 coches. Desde Produnas no se explican cómo el Ayuntamiento, que debe velar por la protección de la Reserva Ecológica Dunas de Marbella, permitió la construcción de este aparcamiento de uso público.

Según han asegurado desde el colectivo medioambiental, el aparcamiento cementado invade de forma clara esa línea de protección, impactando, de nuevo, en la parte protegida de la Reserva Ecológica.

Plano donde puede verse como el aparcamiento construido invade la zona de protección de los 100 metros.

De hecho, el aparcamiento fue denunciado por Ecologistas Malaka en marzo de 2021 ante la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. En la denuncia, se reclamaba a la Junta que “se realice una inspección en el que singularmente se constate mediante las mediciones oportunas la superficie de afección de la zona del Barronal de la Morena afectada por las obras realizadas, paralizando las mismas de forma inmediata”.

En su escrito, Ecologistas Malaka justificaba la medida considerando que “estas Dunas están incluidas en el anexo I de DIRECTIVA 92/43/CEE, dentro de los Hábitats naturales de Interés comunitario”. Además, “La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Marbella, son conocedores de la existencia de hábitats y fauna protegida en esta zona, por lo que deben tenerlo en consideración a la hora autorizar y controlar nuevos usos e instalaciones”.

Casi tres años y medio después, los ecologistas siguen a la espera de recibir respuesta por parte de la Junta de Andalucía.

Ahí ha quedado la duna del Barronal de la Morena: cementada, enlosetada con los mejores materiales del mercado. Enterrada bajo el urbanismo de lujo en uno de los mejores enclaves costeros de Marbella. Solo sobrevive de muestra una estrecha franja junto al mar saturada de plantas invasoras.

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