El entorno arqueológico con más potencial del municipio no se merece el estado de dejadez y abandono en el que se encuentra. La zona sur de la basílica Paleocristiana Vega del Mar hasta la duna de El Ingenio es un auténtico punto negro donde proliferan los vertidos de escombros y basura. Donde las autocaravanas compiten con las barcas de pescadores (casi todos deportivos) por ocupar casi completamente una duna que contiene restos romanos. Todo ello al lado de una hilera de casetas de pescadores situadas justo encima de una zona arqueológica sin explorar en la que el primer estudioso de la Basílica, el profesor José Antonio Pérez Barradas, situó en 1930 diversos muros, mosaicos y otros restos milenarios.

Desde la asociación San Pedro Alcántara 1860 lo tienen claro: “toda la zona alrededor de la basílica paleocristiana debe ser protegida y estudiada”. Es lo que asegura su presidente Javier Gutiérrez Gago, que remarca que queda mucho por hacer en este entorno en materia de investigación arqueológica y que espera del Ayuntamiento una implicación mayor para evitar imágenes como las que ilustran este reportaje.

Este entorno está lleno de objetos abandonados y basura.

“Desde la Asociación consideramos que la presencia de una escombrera en esa zona pone en peligro tanto el entorno natural como el valioso patrimonio arqueológico presente en dicha área. Por lo que entendemos que las autoridades competentes deberían tomar medidas inmediatas para abordar esta situación y evitar cualquier daño adicional a este importante yacimiento arqueológico”, remarca Gutiérrez Gago.

Para proteger mejor toda la zona, el presidente de este colectivo considera que “la aparición más reciente de unos hornos de época romana en las dunas cercanas subraya la necesidad de ampliar la zona de protección. Es esencial que estos nuevos hallazgos sean debidamente preservados y estudiados, para así enriquecer el conocimiento de la historia y las tradiciones ancestrales de nuestra comunidad”

Basura y escombros junto junto a la basílica paleocristiana.

 “Todo lo que esté en el entorno de protección del Bien de Interés Cultural de la basílica paleocristiana, como el espacio ocupado por los escombros, debe estar bien conservado y limpio”, explica el historiador Francisco Moreno. Este experto considera que el Ayuntamiento tiene la obligación de garantizar que así sea.

Respecto a los escombros, basura y otros residuos situados en el interior de la zona de protección del BIC, el responsable municipal de Cultura en San Pedro, José Antonio Moreno Durán, asegura que “retiraremos todo esos residuos cuanto antes. De forma periódica lo hacemos varias veces al año”.

TRÁFICO RODADO JUNTO A LOS RESTOS ROMANOS

Otro de los problemas que amenazan esta zona arqueológica son los vehículos que, a decenas en verano, aparcan junto a la duna de El Ingenio. En algunos casos durante días, como las autocaravanas que convierten este espacio en su casa particular. A estos vehículos se suman los de los pescadores que acuden al varadero de barcas de la duna de El Ingenio y los de los habitantes de las casetas.

Autocaravanas junto a las barcas en la duna de El Ingenio.

“Desde la Tenencia hemos mandado en numerosas ocasiones a la policía para desalojar los coches de la zona”, explica Moreno Durán. Sin embargo, mientras el acceso rodado a la playa no sea restringido o prohibido seguirán aparcando encima o junto a un espacio arqueológico con mucho potencial. “Queremos acotar en un futuro el tráfico rodado pero primero hay que solucionar el problema del varadero de la duna de El Ingenio”, señala el responsable sampedreño de Cultura.

A este respecto, hace muchos años que se anuncian planes para trasladar las barcas y las casetas de pescadores a un varadero en el arroyo del Chopo o a la desembocadura del río Guadaiza. Tanto el anterior teniente de alcalde de San Pedro, Rafael Piña, como los actuales gestores municipales de San Pedro han mantenido reuniones con los pescadores y con otras administraciones competentes pero nada se ha hecho. Moreno Durán confía en que esta legislatura pueda hacerse realidad ese traslado, “ya que facilitaría un mejor control del tráfico rodado”.

barcas y vehículos en la duna de El Ingenio.

Retirar las barcas de la duna de El Ingenio ayudaría a una mejor conservación de este espacio arqueológico, ya que están situadas literalmente encima de restos milenarios. Concretamente, junto a unos talleres de alfarería con varios hornos romanos descubiertos hace un año y cerca de varias construcciones con muros de la misma época. De hecho, cuando los pescadores utilizan todoterrenos para arrastrar las barcas fuera a lo alto de la duna hacen aflorar material cerámico y otros restos romanos.

Otro de los problemas que existen en la duna es el expolio. Toda la duna está llena de “conejeras”: agujeros que hacen personas a la búsqueda de restos valiosos. Hasta el punto de que cualquier persona encuentra restos de ánforas originarias de Cartago del siglo II o III D.C. en superficie a pie de la duna. Hay que recordar que el expolio es una infracción que puede ser castigada administrativa o penalmente.

PLANES Y MÁS PLANES Y NADA SE HACE

Varias veces se han propuesto planes para actuar en este entorno. En la propia basílica, durante muchos años se ha hablado de instalar una cubierta para preservar los restos del edificio y, sobre todo, de las tumbas, de la acción del agua de lluvia. En 2015, el diario Sur recogía esta iniciativa que también mencionaba que a principios de 2018 se había celebrado una reunión en la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Málaga, junto a técnicos municipales del Ayuntamiento marbellí, para abordar los planes de construcción de un centro de interpretación para el yacimiento. Sobre este equipamiento, el historiador Francisco Moreno recuerda que la asociación Cilniana, “ya propuso hace 30 años crear este centro de interpretación de la basílica en el bosque de los eucaliptos que hay al lado. Nada se hizo y nada se ha hecho”. Y, desde el colectivo Rosa Verde recordaban, en 2012, que “queda pendiente el proyecto del Parque arqueológico en Vega del Mar, que lleva 20 años olvidado en algún cajón del Consistorio”. 

Casetas de pescadores situadas entre la basílica y la duna de El Ingenio.

Por su parte, Acosol planteó en 2018 crear un parque arqueológico junto a la duna, a la vez que proponía meter la tubería del saneamiento integral entre la duna y las casetas de pescadores y que la senda litoral pasara por encima por una pasarela elevada. Tenía presupuestado medio millón de euros para llevar a cabo este proyecto. No salió adelante por el rechazo de colectivos como Cilniana o San Pedro Alcántara 1860. Esta última asociación cultural se opuso tanto al retranqueo del colector como a la senda litoral porque “el estudio de georradar efectuado por una empresa especializada ha localizado bastantes huellas de construcciones en el subsuelo actual”.

Muchos planes y proyectos pero casi nada se ha hecho. La basílica paleocristiana está protegida y estudiada pero el potencial arqueológico de todo el entorno es enorme porque apenas ha sido estudiado. Ni el bosque de eucaliptos, ni bajo las casetas de pescadores ni la duna al completo. Es una asignatura pendiente desde hace décadas.

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