En 1999 una empresa constructora metió maquinaria pesada en la colina de Cerro Colorado, situada en la linde entre Marbella y Benahavís junto al río Guadaiza, para desarrollar urbanísticamente este espectacular mirador de la Costa del Sol. Hasta aquí todo sería normal si no fuera porque se sabía desde 1996, durante los trabajos de construcción de la Autopista AP-7, de la existencia de un castillo iberopúnico e iberoromano.

 Aunque esta tropelía fue denunciada inmediatamente por el colectivo Cilniana y el periodista Miguel Nieto del diario Sur, pasaron ocho días hasta que el Ayuntamiento de Benahavís dio la orden a la constructora de parar el trabajo destructivo de las máquinas. El daño ya estaba hecho: las excavadoras habían rebajado la altura de la colina en cinco metros, destruyendo dos mil años de historia de uno de los yacimientos milenarios más espectaculares de la Costa del Sol.

Detalle de una de las orzas llenas de monedas de plata cuando fue descubierta.

Como recuerda el historiador Francisco Moreno, “después hubo un segundo asalto. La promotora volvió a meter las excavadoras, deshaciendo casi todo el periodo romano de Cerro Colorado. Cilniana volvió a denunciar y la Junta volvió a parar las obras y abrió un expediente sancionador a la promotora Wasa del constructor Lars Broberg (marido de la alcaldesa Ángeles Muñoz) que, según tengo entendido, recurrió y ganó”.

“¡Cuántos siglos de conocimiento, cuántos materiales que podrían habernos dado las claves para comprender el porqué se abandonó el poblado y quiénes lo hicieron, se perdió en esta deleznable acción incontrolada!”. Esta es la desgarradora y tajante conclusión de los arqueólogos Salvador Bravo y Miguel Vila, autores del libro Marbella Prerromana: el asentamiento de Cerro Colorado, que acaba de ser editado y resume el daño irreparable que supuso para nuestra historia local la destrucción de Cerro Colorado por parte de una promotora empeñada en desarrollar urbanísticamente este emplazamiento.

Trabajos de arqueología durante la campaña de 2005.

Este libro analiza la historia de este yacimiento. Plantea diversas hipótesis en base a los restos arqueológicos que las excavadoras no pudieron borrar. También profundiza en el increíble hallazgo del Tesoro de Cerro Colorado: tres orzas (vasijas) desenterradas con 178 monedas, anillos, pendientes y trozos de plata de la época púnica-romana. Este libro fue encargado hace cinco años por el Ayuntamiento de Marbella y ha sido ahora cuando por fin ha sido editado.

DE LOS ÍBEROS A LOS ROMANOS PASANDO POR LOS CARTAGINENSES

El libro relata cómo Cerro Colorado estuvo habitado cientos de años de modo ininterrumpido. Inicialmente, consideran que los mastienos, una tribu íbera que habitó en la zona costera del sudeste de la Península Ibérica, fueron los primeros ocupantes esta colina estratégicamente situada en el valle del río Guadaiza.

Salvador Bravo y Miguel Vila plantean la hipótesis de que, tras la I Guerra Púnica, y la ocupación de grandes zonas del litoral andaluz por parte de los cartaginenses comandados por el líder Amílcar Barca (padre de Aníbal), Cerro Colorado se integró dentro del territorio dominado por Cartago. “La fase púnica del yacimiento supuso una gran remodelación del antiguo poblado mastieno”, relata el libro, con lo que el asentamiento Cerro Colorado comenzó a estar habitado por pobladores cartaginenses.

Anillo del Tesoro de Cerro Colorado.

El periodo púnico duró poco. Durante la II Guerra Púnica (218-201 A.C.) los romanos derrotaron a los cartaginenses y pasaron a ocupar grandes territorios de España, incluida la costa malagueña. “Este conflicto sería especialmente vivido en Cerro Colorado ya que conllevó su destrucción o, cuanto menos, acciones bastante traumáticas como el abandono del poblado y la sustitución de los habitantes por contingentes romanos”, explican Bravo y Vila en el libro. Ambos sitúan el abandono cartaginés de Cerro Colorado en el 206 A.C.

Los dos arqueólogos plantean la hipótesis de que el asentamiento pasó a estar ocupado por un pequeño contingente de soldados romanos. Los cuales se vieron involucrados en la gran revuelta íbera del año 197 A.C., cuando diversas tribus de la zona se sublevaron contra los desmanes de los nuevos gobernadores romanos.

Pendientes encontrados en una de las orzas.

“Es probable que entre los soldados romanos de Cerro Colorado hubiera legionarios que aún no habían sido licenciados y, por tanto, llevarían consigo el fruto de los pillajes que se habían cometido durante la Guerra Púnica. Esto explicaría la gran disparidad de las monedas encontradas en el Tesoro de Cerro Colorado. Quizás en el fragor de la revuelta, viendo la escasa guarnición romana que tendrían pocas posibilidades de sobrevivir, decidieran algunos soldados ocultar entre las ruinas de las murallas las tres orzas que conforman el Tesoro de Cerro Colorado, con la esperanza de que cuando se calmara la revuelta pudieran volver a recuperarlas.

Recortes de plata. Algunos vasos fueron troceados para poder meterlos dentro de las vasijas.

No fue así y este Tesoro quedó oculto durante más de 2.000 años.

Posteriormente a esta ocultación, se sabe muy poco de la historia de Cerro Colorado. El libro sí detalla que, durante la ocupación romana, el asentamiento se remodeló dos veces. En la primera se hizo un aplanamiento del antiguo poblado púnico para insertar nuevas estructuras y en esta acción de aplanar los escombros quedaron ocultas las orzas.

La segunda remodelación de la colina la sitúan los arqueólogos en el contexto de las Guerra Sertorianas y llevó a al abandono definitivo de Cerro Colorado. “No sabemos que propició el abandono del poblado pues la respuesta está quizás en los niveles arqueológicos que fueron destruidos en 1999. Lo que sí sabemos es que el asentamiento fue abandonado sobre el 72 A.C. y sus pobladores siguieron el camino lógico de bajarse a la costa hacia un nuevo asentamiento que se estaba originando en esos momentos: Marbella”, apuntan los autores del libro.

Monedas de origen cartaginés.

Además del famoso tesoro de monedas, anillos, pendientes y recortes de plata, en Cerro Colorado aparecieron también armas como una lanza y un puñal y varias ánforas y cuencos originarios de diversos lugares del Mediterráneo, lo que evidencia la importancia comercial de este asentamiento estratégicamente situado junto al río Guadaiza, por aquel entonces navegable hasta casi la base de la colina.

EL TESORO DE CERRO COLORADO

 El descubrimiento del Tesoro de Cerro Colorado es uno de los hallazgos arqueológicos más importantes producidos en la provincia de Málaga en las últimas décadas. Fue el arqueólogo Miguel Vila, entonces un simple estudiante universitario, el que, trabajando junto a un viejo acebuche, descubrió la primera orza (vasija) casi intacta. “Un compañero geólogo y yo comenzamos a desenterrarla y apareció otra más, y luego otra. La segunda estaba parcialmente rota y vimos que en su interior había monedas y objetos de plata”, relata Vila con emoción a pesar de los años pasados.

Ya que Marbella no contaba, ni cuenta casi veinte años después, con un lugar ni los expertos adecuados, las tres ollitas fueron trasladadas al Museo Arqueológico de Estepona, donde sí había los medios humanos y materiales para custodiar el Tesoro y analizarlo de la mano del arqueólogo municipal Ildefonso Navarro y la restauradora Carmen Pérez.

Arqueólogos estudiando el Tesoro en el Museo Arqueológico de Estepona.

¿En qué consiste el Tesoro?

En ese verano de 2005 se hallaron en total 179 monedas, cuya antigüedad no sobrepasa el 209 A.C. También se hallaron objetos de adorno como anillos, cadenas, gargantillas, pendientes y numerosos recortes de plata (como vasos de plata que fueron troceados para poder meterlos dentro de las vasijas).

Respecto a las monedas, son de origen hispano cartaginés (de lugares como Cádiz o Cartagena), de origen romano (traídas de Italia por los romanos durante la II Guerra Púnica), de cecas hispanas como Ibiza y Ampurias y de otros lugares del Mediterráneo, como Argelia.

Las tres orzas con sus tesoros están siendo estudiadas en la Universidad de Sevilla.

Actualmente, el Tesoro está siendo estudiado en la Universidad de Sevilla por la catedrática Francisca Chaves Tristán, una de las mayores expertas españolas de la Numismática protohistórica y romana de la Península Ibérica.

El libro Marbella Prerromana: el asentamiento de Cerro Colorado, podrá ser encontrado en las estanterías de bibliotecas municipales y centros escolares en un futuro cercano. Sin publicidad, ni conferencias ni presentaciones oficiales. Una manera discreta de arrojar luz sobre uno de los yacimientos más desconocidos, maltratados e importantes de Marbella.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies