La asociación Cilniana ha mostrado en un contundente comunicado la futura cesión por parte del Ayuntamiento de la antigua sala de lectura del Cortijo Miraflores a una Hermandad de la ciudad: “la asociación Cilniana manifiesta su más firme oposición a esta medida, que considera contraria al uso correcto de un espacio inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz”.
El colectivo cultural ha puesto el acento en “el carácter netamente público del Cortijo Miraflores, cuyo valor patrimonial es demasiado evidente como para ignorarlo, debería de haber prevalecido cuando se concibió invertir, de forma tan radical, la utilización de la sala. Para la asociación Cilniana, y con el respeto debido a los cofrades, es inadmisible que la sala del edificio —verdadero milagro de supervivencia— se utilice para fines de índole religiosa, cuando nunca ha gozado de ese carácter ni la ciudadanía lo demanda”.
Cilniana considera que hubiera sido “más congruente, y más justo, haber optado por otros inmuebles, ya fueran de la Iglesia o municipales, que ofrecieran las mismas prestaciones sin el menoscabo del patrimonio público. Porque el Cortijo, que tanto revela o esconde (cuando se ejecuten, si eso ocurre alguna vez, las intervenciones arqueológicas pendientes) de la industria del azúcar en Marbella, desde, al menos, principios del XVIII, se yergue como una construcción que, tras muchos lustros de desidia, ha alcanzado la categoría de referente al que se han conseguido asociar actividades de profundo calado cultural y social cuya proyección en la ciudad es señaladamente mayoritaria”.
La asociación cultural considera que “es consciente del carácter casi irreversible de este hecho: unas obras de adaptación que se han llevado a cabo con una «prodigiosa» celeridad y cuyo presupuesto y mano de obra, al parecer, han corrido a cargo del propio Ayuntamiento. De ahí que solo podamos apelar a los ciudadanos ante esta improcedente medida que tanta perplejidad y decepción han suscitado entre los miembros de nuestra asociación”.