Cilniana reclama protección al molino y puente de Guadalpín

La asociación Cilniana ha solicitado a Carmen Casero Navarro, delegada territorial de Cultura y Patrimonio Histórico en Málaga, la protección del molino ubicado cerca del arroyo de Guadalpín, de cuya existencia se tiene constancia documental desde el 10 de mayo de 1488, cuando los Reyes Católicos hicieron merced a Nuño de Villafañe (uno de los nobles que intervinieron en la conquista de Marbella) de una licencia para edificar un molino en el término de Marbella. El documento que da fe de ello se encuentra en el Registro General del Sello del Archivo General de Simancas y, aunque actualmente se puede consultar directamente a través del portal PARES, es citado por Catalina Urbaneja en su libro Marbella y su Tierra en el tránsito de la época musulmana a la cristiana (2008, p. 192). También hacen alusión al mismo Galán Sánchez y Peinado Santaella

El molino, según miembros de Cilniana, presenta en la actualidad un lamentable y progresivo estado de deterioro, al que coadyuvan la vegetación que lo rodea y su condición de casi estercolero.

No es la primera vez que Cilniana reclama la protección de este elemento patrimonial. En 2007, cuando se estaba llevando a cabo la redacción del PGOU, la asociación llamó la atención sobre el mismo, y en 2009 y 2013 volvió a demandar que fuera la totalidad del conjunto molinar la susceptible de protección.

Una vez incluido en el anexo patrimonial del PGOU de 2010, la suspensión de este plan (en 2015) dejó a la intemperie legal este molino, al igual que ocurrió con muchos sitios arqueológicos y edificios singulares del municipio, de ahí que ahora solicite su protección inmediata mediante la inclusión del bien inmueble en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.

De la misma forma, Cilniana ha solicitado la protección del llamado «puente del Bujedillo de la Pasada de Istán, junto al Sendajo, la salida natural del camino Viejo de Istán», del cual, según Francisco Javier Moreno, existen algunas referencias sueltas desde el siglo XVI, aunque es difícil establecer su datación exacta; solo se registran datos acerca de su reparación en el siglo XIX.

De todo ello se ha dado cuanta a la delegación de Cultura del Ayuntamiento de Marbella.