La quinta edición del festival Marpoética arrancó el pasado viernes en un Teatro Ciudad de Marbella repleto y con dos creadores andaluces como protagonistas: el escritor jiennense Antonio Muñoz Molina y el cantaor onubense Arcángel. Ambos protagonizaron una intensa velada en la que se habló de poesía y de flamenco y que supuso el punto de partida de un ciclo organizado por la delegación de Cultura y que este año abarcará dos semanas, con un amplio programa en que se analizará el hecho poético de una forma transversal y en el que aparecen mesas redondas, recitales, exposiciones, talleres infantiles y numerosas actividades relacionadas con el flamenco, la gastronomía o el cine.
Se trata, según explicó la directora general de Cultura, Carmen Díaz, “de la edición más ambiciosa, que se desarrolla en más lugares que nunca, con miles de tentáculos que llevarán la poesía a todos los rincones de la ciudad”. “La cultura es el elemento más transformador que existe”, reivindicó la responsable municipal, quien también recordó el lema que encabeza esta edición del festival, “La cultura es el despertar”, una cita de la escritora y filósofa malagueña María Zambrano.
El primer protagonista de la noche fue el novelista Antonio Muñoz Molina, autor de novelas esenciales de la literatura contemporánea española como ‘El jinete polaco’ o ‘El invierno en Lisboa’ y de libros muy singulares y celebrados como ‘Ventanas de Manhatan’. El jiennense mantuvo una conversación con el director del certamen, el poeta y periodista Antonio Lucas, que calificó al primer invitado de Marpoética 2022 como un “intelectual cívico”, clave “en la literatura española del último tercio del siglo XX y el arranque del siglo XXI”. Esa presentación dio pie a una intensa charla, con momentos divertidos y en la que Muñoz Molina evocó el modo en el que la poesía, género del que siempre ha sido ávido lector, entró en su vida desde adolescente para ser hasta hoy una inspiración. El escritor desentrañó sus filias poéticas y aludió a poetas importantes para él como Rubén Darío, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Federico García Lorca o Luis Cernuda.
También recordó sus años granadinos y como se desenvolvió entonces en un grupo intelectual con mucha presencia de poetas. Explicó que su primer libro, ‘El Robinson urbano’, estuvo muy influido por la obra de otros de sus principales influjos, Charles Baudelaire, y también habló de su primera novela, ‘Beatus Ille’, en la que, bajo ese título procedente de los ‘Épodos’ de Horacio, ficcionó la vida de un poeta periférico de la Generación del 27. “En aquellos tiempos veíamos necesario encontrar una tradición y para nuestra generación no nos valía lo precedente, sino que teníamos que dar un salto a las generaciones previas a la guerra”, explicó Muñoz Molina. El escritor repasó también el impacto que, en sus estancias en Estados Unidos, le produjo la poesía anglosajona a través de autores como T. S. Eliot, Walt Whitman, Emily Dickinson, Mark Strand o William Carlos Williams. Por último, citó filias más recientes como la de la escritora polaca y Premio Nobel Wislawa Szymborska.
Antonio Muñoz Molina concluyó su intervención explicando su teoría sobre lo poético y sobre como a veces actúa por expansión y otras por contracción. Explicó en ese sentido que “la gran poesía nunca agota sus sentidos y siempre permite nuevas lecturas” y también reivindicó que “en la prosa se producen momentos de incandescencia que la hacen alzar el vuelo y que también son poesía”. El escritor, que acaba de publicar ‘Volver a dónde’, defendió por último la poesía popular como vía de transmisión de lo poético y habló de la facilidad de los niños para relacionarse con las imágenes poéticas.
La primera noche de Marpoética 2022, tras la charla entre Muñoz Molina y Antonio Lucas, concluyó con un concierto del cantaor Arcángel, que puso en escena algunas de las piezas que se incluían en su disco ‘Quijote de los sueños’, que escribió para él hace una década el poeta Juan Cobos Wilkins. Arcángel agradeció a los poetas “los mucho que nos dan al flamenco” y resaltó lo importante que como artista fue poder trabajar de la mano de un poeta contemporáneo, “al que le puedes indicar lo que te viene mejor para luego poder cantarlo”. El cantaor onubense dio cierre a la primera noche de Marpoética por fandangos de Alosno y ante un teatro en pie que con su aplauso demostraba la vigencia de la frase de María Zambrano sobre la cultura y sus valiosos efectos.
El festival, tras su arranque del viernes, continuó ayer sábado con el taller ‘La mar de nanas’, impartido por Arantxa Castañeda, la presentación del libro infantil ‘Pepillo el lagarto’, de Paco Rodríguez, y la proyección del documental “Las mujeres de Cántico”, que aborda tres figuras fundamentales en el desarrollo de este grupo literario andaluz clave en la segunda mitad del siglo XX español. Más información en https://marpoetica.es/.
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