La Fundación Fuerte organiza una conferencia sobre «La importancia de los humedales costeros» en el hotel de 5 estrellas El Fuerte Marbella el próximo 27 de octubre a las 19.30 horas. La ponencia será impartida por Juan Martín Bermúdez, ambientólogo y coordinador de proyectos de I+D de Aponiente-Ángel León, que lleva 25 años trabajando en proyectos de conservación de la naturaleza.
Martín Bermúdez lleva desarrollado proyectos públicos y privados en España y el extranjero muchos años. Es director del Parque Metropolitano Marisma de Los Toruños y Pinar de La Algaida, en ONG’s como la Fundación CEI.Mar, SEO/BirdLife o el Fondo para la Custodia y Recuperación de la Marisma Salinera (SALARTE) y se ha convertido en uno de los profesionales con mayor experiencia en recuperación y gestión de marismas y humedales costeros de nuestro país, e incluso a nivel internacional.
Con la conferencia «La importancia de los humedales costeros«, este ambientólogo mostrará cómo la recuperación del patrimonio natural, los humedales costeros, marismas y salinas de nuestro país son clave en la provisión de bienes y alimentos del futuro, en la regulación de los procesos ecológicos, y en el mantenimiento de los espacios naturales y la biodiversidad, entre muchos otros beneficios.
En este sentido la ponencia evocará la ancestral riqueza salina de nuestro país, dónde sólo en Cádiz había 170 salinas -tanto marinas como de interior-, que generaban un gran número de puestos de trabajo y exportaban su producción a países como Canadá, Uruguay, Argentina o Brasil, entre muchos otros. De todas ellas hoy siguen operando únicamente 4 salinas artesanales. En numerosos lugares donde antaño proliferaba la vida de aves y peces con el vaivén de las mareas y la intervención humana, hoy sólo queda polvo salino.
Sin embargo, gracias a proyectos como los desarrollados por Salarte, y a otros como el que Juan Martín Bermúdez está coordinando con el propio Ángel León para recuperar 5 esteros que ocupan 70 hectáreas, la compensación a la pérdida de biodiversidad litoral que venimos provocando desde hace décadas podría suponer un freno a esta crisis de biodiversidad.