Criptomoneda: el Bebé no para de crecer

Las criptomonedas han venido para quedarse. Están ocupando cada vez más espacio en el mundo de las transacciones financieras. Algunos lo ven como un nicho de mercado donde invertir sus dineros atraídos por su rentabilidad. Otros consideran que es una nueva burbuja que enriquecerá a unos pocos y arruinará a muchos y ven la necesidad de que se regule este criptomercado. El Periódico de Marbella ha hablado con varios expertos financieros para arrojar un poco de luz sobre las criptomonedas.

DOS PIZZAS DE 500 MILLONES

Bitcoin es la criptomoneda más conocida y la que suele acaparar los titulares con sus subidas y bajadas espectaculares. Sin embargo no fue la primera. “Antes ya hubo algunos intentos de criptomonedas, como cuando David Chaum creó Ecash en 1983. Otra moneda que no cuajó fue B-Money, creada por Wei Dai en 1995. También fracasó el proyecto de criptomoneda de Nick Szabo con Bitgold en 2005.”, enumera Iván  González, CEO de Privacidad Global y de Criptoinversión.es. Según González, tuvieron que darse una serie de condiciones que propiciaron que Bitcoin despegara donde otras criptomonedas habían fracasado. “En 2008 estábamos en plena crisis financiera, con lo que había una gran desconfianza hacia los bancos tradicionales. A lo que se unió una mayor madurez de Intenet. En ese contexto nació Bitcoin de la mano de Satoshi Nakamoto. Nadie sabe quién es esta persona, ni siquiera si hay alguien detrás o si es un gobierno o una empresa”.

Dicen que la confianza hay que ganársela y el Bitcoin en sus inicios valía tan poco que, según explica Iván González, “uno de los primeros pagos que se hicieron fue la compra, en un congreso de frikis, de dos pizzas por valor de 10.000 bitcoins”. Sin duda hoy serían las pizzas más caras del mundo, ya que valdrían 500 millones de dólares.

Desde entonces esta criptomoneda, y otras muchas, como Cardano o Ethereum, ha crecido de forma exponencial en estos últimos 13 años. A pesar de los vaivenes que sufren las divisas digitales, Iván González es muy optimista de cara al futuro. “La divisa digital sigue siendo un bebé, que comienza a andar y está en fase de crecimiento. Lo normal es que los bebés se caigan, se hagan sangre en la rodilla pero vuelven a levantarse y sigan creciendo”.

Sin embargo, para Francisco Romero, asesor financiero en Caser, “como activo financiero, hoy por hoy, no es sustituto del oro ni del dinero fiduciario debido a su extrema volatilidad. Además, se asemeja más de lo deseable a un esquema Ponzi de libro: es el modelo tradicional de estafa piramidal en él que el dinero de los últimos que entran sirve para abonar los intereses comprometidos a los que hayan entrado primero. Madoff es famoso por esto, pero el primero que se hizo famoso por estas prácticas fue Carlo Ponzi en los años 20’ en Estados Unidos”.

REGULACIÓN ANTE TODO

Millones de personas compran y venden criptomonedas. Se han convertido en una inversión tan válida como el oro o las acciones de cualquier multinacional. Hace dos años  la capitalización del criptomercado superaba los 325.000 millones de dólares. La pregunta es: ¿Quién controla todo este criptomundo? ¿Quién lo regula?

“La necesidad de regulación es una medida de la incapacidad de la sociedad civil para anticipar las consecuencias de los riesgos sistémicos. Cuanta más regulación necesita una sociedad, menos resiliente se vuelve. Por lo tanto, cuanto menos se necesita hacer cumplir una regulación, más éxito tiene”, así se expresa Christophe Landtsheer, profesorde finanzas en la Universidad Internacional de Marbella (MIUC). De este modo, este docente belga estima que, respecto a las criptomonedas, la posible regulación de este naciente criptomercado puede provocar una proliferación de entidades emisoras de reglas, “y estas reglas deben ser fáciles de entender, pocas en número, proporcionar beneficios evidentes y aplicarse a todos los miembros de la sociedad civil”.

Sobre la necesidad de regular, Juan Munguira, profesor de mercados financieros, recuerda que el Banco de España y la CNMV ya advirtieron en el año 2018 sobre el riesgo que conlleva este tipo de inversiones, “debido a su extrema volatilidad, complejidad y a veces falta de la adecuada transparencia, lo que les otorga un elevado componente de riesgo”.

Munguira considera que varios son los riesgos que hay que tener en cuenta respecto a las criptomonedas:

• No existe todavía en la Unión Europea un marco que regule los criptoactivos (criptomonedas) y que les otorgue una protección equivalente a los demás productos financieros. Actualmente, se está desarrollando un Reglamento Europeo conocido como MICA,  para la emisión y la provisión de servicios relacionado con los criptoactivos.
• Se trata de inversiones de alto riesgo ya que existen más de 7.000 criptomonedas en el mercado
• Se trata de instrumentos complejos, no adecuados para pequeños ahorradores,  que pueden incluso perder la totalidad de la inversión efectuada.
• Algunas de estas criptomonedas carecen de la liquidez necesaria para deshacer una inversión sin pérdidas significativas.
• Su aceptación como medio de pago es, todavía, muy limitado.
• Existen problemas  derivados de su carácter transfronterizo. Muchas veces, los actores implicados en la emisión, custodia y comercialización de criptomonedas, se encuentran fuera de España, lo que dificulta su localización en el supuesto de conflictos o controversias.

Hace unos días Bitcoin ocupó los titulares de muchos medios de comunicación debido al batacazo que se dio tras pasar en pocos días de 64.000 dólares a 50.000, una pérdida del 22%. Lo que evidencia que el mundo de las criptomonedas no es el más adecuado para personas conservadoras en lo que atañe a su dinero o con poca formación