El Ayuntamiento inició el pasado 27 de agosto el trámite para deshauciar a los okupas que llevan más de tres años llenando de muebles y menaje este enclave único de Sierra Blanca. El portavoz municipal, Félix Romero, ha confirmado que está en marcha el trámite para sacarlos de la parcela. “Hemos iniciado la vía administrativa y esperamos obtener resultados en un par de meses”, ha explicado Romero, con lo que con toda seguridad no podrá celebrarse el tradicional Tostón en esta parcela un año más.
Los okupas de la supuesta ONG Mar Puro llevan todo este tiempo asentados en parte del terreno de 30.000 metros cuadrados de Puerto Rico Bajo que pertenecía a la empresa Manzah al Kaïd.
El Ayuntamiento adquirió este terreno a principios de año tras pagar 348.000 euros. En estos siete u ocho meses el Consistorio ha estado analizando la documentación que le entregó Manzah al Kaïd, para determinar qué actuaciones llevó a cabo la empresa propietaria respecto a los que ocupan actualmente la parcela para saber qué acciones tomar. También ha habido un problema relacionado con el cambio de titularidad de la parcela en el Registro de la Propiedad.
Según han asegurado fuentes jurídicas consultadas por este periódico, al ser ya la parcela de dominio público y ser el Ayuntamiento el que tiene que desalojar se debe seguir la vía administrativa, ante la cual los okupas pueden plantear recursos, se deben hacer notificaciones a través de publicaciones oficiales y se puede llegar a un recurso ante el contencioso administrativo. En definitiva, se alargarían los plazos muchos meses. Con lo que está prácticamente descartada la celebración este año del Tostón en Puerto Rico y queda por ver si dará tiempo para el año que viene.
Una vez que se puedan deshauciar a los okupas que hay en la parcela, los 30.000 metros cuadrados se sumarán a otros 20.000 metros cuadrados que hay en Puerto Rico Bajo y a los 340.000 metros de Puerto Rico Alto por los que el Consistorio pagó en noviembre de 2021 algo más de 3 millones de euros. El plan del Ayuntamiento es convertir esos 400.000 metros cuadrados en un parque forestal en el que se actuará lo mínimo para mantener los sobresalientes valores medioambientales de este espectacular valle de Sierra Blanca.