¿Dónde está el Plan Especial de Protección del Casco Antiguo?

El Casco Antiguo de Marbella es la joya histórica de la ciudad, el que da identidad al municipio y una de las zonas más atractivas para atraer a los turistas durante todo el año. Sin embargo, no existe un documento municipal estratégico que expresamente proteja este enclave histórico y vele por su cuidado, conservación y mantenimiento.

Hace 20 años, en 2005 cuando la alcaldesa de Marbella era Marisol Yagüe, el Ayuntamiento intentó paliar este vacío encargando la redacción del Plan Especial de Protección del Casco Antiguo de Marbella a los arquitectos José María Morente (hasta hace poco Director General de Urbanismo) y Damián Quero. Ambos plantearon un Avance al Plan Especial para proteger la totalidad del Centro Histórico de Marbella, incluidos además del recinto intramuros y Barrio Alto, los barrios populares al este del Arroyo de las Represa; el Barrio y Peñuelas. El objetivo esencial de este documento era dotar de herramientas al Ayuntamiento para proteger hasta el último detalle el Casco Antiguo y todos sus elementos.

AVANCE DEL PLAN ESPECIAL DE PROTECCIÓN DEL CASCO ANTIGUO

La reciente noticia de que se va a construir una promoción de pisos de lujo en la parcela de la Casa del Gobernador en el Castillo ha vuelto a plantear la necesidad de contar de una vez con el Plan Especial del Casco Antiguo. Los redactores del Avance ya advertían de forma premonitoria, hace 20 años, sobre la necesidad de preservar “un gran número de edificios que son merecedores de ser conservados ya que, aunque sean elementos que no destacan de manera singular, forman la esencia de la trama histórica y el ambiente urbano característico de esta Ciudad y son los que, con su permanencia, forjan el carácter único de Marbella. Sus muros, patios interiores y fachadas están siendo sustituidos por las construcciones modernas, importando unos tipos, que si bien más confortables, pierden toda la singularidad cultural que identifica a una ciudad, presentando una imagen creciente de uniformidad constructiva que la aleja, de modo irreversible, de su herencia histórica”.

En este sentido, respecto al Castillo, el Avance lo cataloga con el máximo nivel de Protección Integral: “Incluye aquellos inmuebles y elementos de excepcionales valores objetivos de carácter arquitectónico, histórico, artístico o típico que, con independencia de su estado de conservación deben mantenerse en su total integridad, con especial respeto científico de sus características singulares y de los elementos o partes concretas que lo componen. Se procurará la recuperación funcional y monumental por todos los medios de la técnica”.

¿Qué paso con el Avance? Este documento no pasó más allá: el Avance del Plan Especial de Protección del Casco Antiguo se guardó en un cajón donde estuvo muchos años cogiendo polvo.

SEGUNDO INTENTO PARA TENER EL PLAN ESPECIAL

En 2013, ocho años después, el actual equipo de gobierno municipal presidido por Ángeles Muñoz hizo una tentativa para, usando el Avance de Morente y Quero, redactar por fin el Plan Especial de Protección del Casco Antiguo. El entonces concejal de Urbanismo, Pablo Moro, planteó la necesidad de que el Plan Especial “compatibilizara acciones dirigidas, por un lado, a asegurar que el casco urbano no quede despoblado y, por otro, actuaciones para favorecer la reactivación comercial de la zona”.

De hecho, en febrero de 2013, se sacó a concurso público la redacción del  Plan Especial de Protección del Casco Antiguo, por algo más de 70.000 euros y con un plazo de 7 meses. Según explicaba un artículo de Diario Sur, “el contrato planteaba la necesidad de confeccionar un catálogo actualizado de los elementos urbanos de interés (edificios, calles, o plazas) en el que no faltarán la muralla, el castillo, la Iglesia de la Encarnación, y los edificios de uso municipal”.

Además, el Plan Especial proponía un listado de once intervenciones y proyectos singulares de actuación que debían llevarse a cabo: la recuperación de Haza del Mesón y avenida del Mercado, entre Corrales Bajos y Castillejo; la rehabilitación de la corrala de la calle Málaga y calle Portada, así como el Albergue África (para el que se plantea incluso el trasladado de parte de sus instalaciones) y recuperar el Castillo como “enclave público”.

De nuevo, a nada se llegó y el Plan Especial de Protección del Casco Antiguo se fue de nuevo al cajón de las buenas intenciones del Ayuntamiento de Marbella.

Por otro lado, varias han sido las iniciativas para proteger el centro histórico por parte de diversos colectivos. Para paliar la ausencia de un Plan Especial de Protección del Casco Antiguo, se solicitó por parte de la asociación Cilniana, en el año 2000, la incoación del expediente para la declaración del Casco Antiguo como conjunto histórico y en 2022 se inició de nuevo el procedimiento de incoación por medio de una plataforma compuesta por diversos colectivos sociales y culturales. El objetivo de ambas medidas era dotar de un marco específico de protección al centro histórico. Las dos peticiones ni siquiera han llegado a tener respuesta por parte de la Consejería de Cultura.

Para el historiador y exvocal de Cultura de la Comisión Gestora, Francisco Moreno, “el Casco Antiguo está totalmente desamparado. Al no contar con un Plan Especial de Protección, cualquier cosa se somete a la interpretación y la alegalidad y se llevan a cabo proyectos que no deberían permitirse en el centro histórico aprovechando subterfugios de todo tipo”. Moreno pone el foco en señalar que “muchas de las reformas que se permiten en el Casco Antiguo son para hacer negocio, ya sea para comercios, para restaurantes o para alojamientos turísticos. Lo que lleva a vaciarse el centro histórico de ciudadanos y que vaya perdiendo su identidad”.

SE ABRE LA VEDA PARA NUEVAS LICENCIAS DE OBRAS EN EL CASCO ANTIGUO

Volviendo con el Plan Especial del Casco Antiguo, estamos en 2024 y Marbella sigue sin contar con este documento considerado obligatorio por el actual Plan General de Ordenación Urbana de 1986. De hecho, hasta que se pusiera en marcha este Plan Especial, y para proteger el Casco Antiguo, en 2007 se aprobaron Normas Urbanísticas, mediante el artículo 240, que impedían hacer reformas o construcciones en el Casco Antiguo más allá de la mera conservación de los inmuebles. Era una forma de proteger con un muro normativo la joya histórica del Casco Antiguo.

Sin embargo, el pasado febrero de 2024, el equipo de gobierno de la alcaldesa Ángeles Muñoz decidió levantar la limitación impuesta por el artículo 240 con una moción de Urgencia en Junta de Gobierno Local. Desde el Consistorio, el concejal de Urbanismo, José Eduardo Díaz, ha explicado a este periódico que el levantamiento de esa limitación, “se ha hecho para favorecer las inversiones y construcciones en el Casco Antiguo. De este modo facilitamos la posibilidad de hacer obras en determinadas parcelas. Dejando claro que sigue presente la protección que existe dentro del centro histórico y que cualquier actuación en esta zona debe contar con los informes pertinentes de la Junta de Andalucía”.

De este modo se rompió el “muro normativo” que impedía desarrollos dentro del Casco Antiguo para proteger su esencia. Y se ha abierto la veda, porque gracias a este reciente cambio en las Normas Urbanísticas ha sido posible que una promotora como Grupo Loen haya podido solicitar una licencia de obras para desarrollar apartamentos de lujo dentro del recinto del Castillo de Marbella.

Es llamativo como hace 65 años se podía tener más sensibilidad con la belleza del centro histórico y más compromiso con su conservación.

El historiador Francisco Moreno recuerda que en 1959 el Plan de Ordenación de la Costa del Sol proponía mantener el Casco Antiguo tal como estaba con el objetivo de conservar su fisonomía. Este documento estimaba que “del caserío del núcleo inicial de Marbella, dentro del recinto amurallado que, por su traza arábigo andaluza y su posición sobre una colina dominando el mar, es uno de los pueblos de mayor belleza de la costa mediterránea”. Los redactores de este Plan sentenciaban de forma premonitoria que “consideramos necesario preservar de la codicia y la ignorancia de las gentes la antigua ciudadela de Marbella”.

Sin embargo, esta sensibilidad por conservar la esencia del centro histórico desapareció poco después. El 24 de octubre de 1961, el Ayuntamiento de Marbella aprobó una propuesta de modificación para permitir que la zona que coincidía con el centro histórico en su fachada a la carretera nacional fuera liberada de la limitación de superficie mínima de solar y de alturas. Marbella comenzaba la era del turismo y había que permitir la construcción de edificios de muchas alturas como los que pueden verse de la carretera nacional hacia la playa. Ganó el turismo y la especulación inmobiliaria.