El pasado sábado un grupo de submarinistas de los clubes Apaño Sub, Alasub y Lebeta Sub dieron la voz de alarma al descubrir miles de toallitas cubriendo el galeón hundido frente a las playas de San Pedro. Estuvieron sacando decenas de kilos de toallitas que presumiblemente proceden de una tubería (emisario) que hay a escasos 15 metros del pecio centenario.
VERTIDO MEDIOAMBIENTAL
Según el presidente del club de submarinismo Lebeta Sub, Antonio Rueda, y los 7 u 8 compañeros que pasaron gran parte del sábado limpiando este vertido, “las toallitas llevan cubriendo el galeón por lo menos una semana a deducir por todos los restos orgánicos adheridos y por el impacto destructivo que ha tenido en toda la zona del galeón. Yo, cuando he salido del agua me he echado a llorar porque es un auténtico desastre”. Rueda hace hincapié en que la situación puede empeorar: como haya temporal, las corrientes van a dispersar las toallitas por gran parte del litoral de la Costa del Sol”.
Rafael Ocón, submarinista que estuvo limpiando el fondo marino el pasado sábado, asegura que “llevamos muchos años visitando el galeón porque tiene un enorme interés por la vida marítima que crece a su alrededor y nunca habíamos visto algo así. Es un desastre y hay que actuar”. Desde Lebeta Sub y Apaño Sub están haciendo un llamamiento a otros clubes de submarinismo para organizar un grupo más numeroso que pueda despejar de basura todo el fondo marino sampedreño afectado.
Desde el club Lebeta aseguran que, a pesar de que cuentan con mucha experiencia haciendo campañas de limpieza en el fondo del mar, “ni con 100 submarinistas se podría hacer. Hace falta que se involucren las administraciones, necesitamos financiación para las botellas, un barco de apoyo, nosotros ponemos nuestro tiempo y el riesgo de estar trabajando en la limpieza submarina, pero precisaríamos que alguien o alguna institución nos apoyara”, reclama Ocón.
Por lo pronto, Acosol se ha puesto en contacto con los submarinistas para conocer exactamente la ubicación de la tubería culpable del vertido. “Lo primero será descubrir si ese emisario es nuestro y cuanto tiempo lleva vertiendo deshechos al fondo del mar. Luego habrá que ver de dónde ha salido el vertido y repararlo”, explica Sergio Martín, jefe del servicio de mantenimiento de Acosol.
“La zona del galeón es una maravilla porque sus restos han permitido que la vida haya crecido y es muy frecuentada por congrios, centollos, meros, nécoras, sargos, anémonas, etc.”, explica el presidente de Lebeta Sub Antonio Rueda. Cuando este experto submarinista recibió el aviso de otros compañeros respecto a cómo las toallitas cubrían el pecio, no dudó en zambullirse para limpiar el fondo marino contaminado. “Era como sacar chapapote del Prestige, estaba todo el fondo cubierto por toneladas de toallitas, compresas y otros restos. Metías la mano en el fondo y se hundía más arriba de la muñeca con filas y filas de toallitas y cuando despejabas un tramo veías que toda la vida de abajo estaba muerta”.
UN GALEÓN DESCONOCIDO
El galeón sin nombre de San Pedro es la joya más preciada del patrimonio histórico subacuático de la Costa del Sol. El Centro de Arqueología Subacuática (CAS) del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico ha realizado tres campañas en el pecio con el objetivo de arrojar luz sobre su origen e historia, aunque poco se ha podido descubrir, ya que ha sido expoliado hasta la extenuación durante muchos años.
Según la arqueóloga Milagros Alzaga, una de las personas que más lo ha estudiado, el galeón tiene un tamaño de 60 metros de eslora por 10-12 de manga y, por el modo en que se construyó, es de la segunda mitad del siglo XVIII. Alzaga considera que, además de la investigación de su estructura bajo el agua, hace falta un estudio de los archivos históricos de Estepona y Marbella para encontrar pistas que arrojen luz sobre el posible origen del galeón.