Hace un par de semanas, Juan Sánchez, el optimista director del Plan Infoca declaraba, tras controlarse el devastador incendio de Sierra Bermeja que, «el pinsapar de Los Reales sigue siendo una isla verde dentro del negro generalizado de la sierra». En ese momento, Sánchez aseguraba que la mayoría de los árboles adultos se habían salvado del devastador incendio y las fuentes oficiales se vanagloriaban del dispositivo desplegado para salvar el pinsapar más allá de unos pocos ejemplares afectados en la periferia del bosque de pinsapos de Los Reales.
Sin embargo, desde el punto de vista de José Gómez Zotano, catedrático del Dpto. de Análisis Geográfico Regional y Geografía Física de la Universidad de Granada y miembro de la Plataforma Sierra Bermeja Parque Nacional, «ha sido un desastre de los peores que han podido suceder en Andalucía en los últimos 60 años. Porque el pinsapo no se recupera, una vez que pasa el fuego no se recupera».
El profesor sampedreño ha calculado que más de mil pinsapos se han quemado y, aunque el núcleo fuerte del pinsapar se ha librado directamente por las llamas, «no sabemos si se habrán visto afectados los árboles por las altas temperaturas generadas por el incendio. Se han quemado muchísimos pinsapos y no sólo de la periferia del pinsapar. Cada pinsapo cuenta. El mero hecho de la pérdida de un sólo pinsapo ya es un drama, al igual que pasa cuando muere un ejemplar de lince ibérico, otra especie en peligro de extinción. No por ser un árbol es menos importante».
Según Gómez Zotano, el pinsapar de Sierra Bermeja necesitará una intervención por parte de los especialistas de la Junta. «El problema de la repoblación es que los pinsapos de vivero forestal de la Junta procedentes de semilla de los pinsapos de los Reales de Sierra Bermeja son muy pocos porque tampoco se ha invertido en esta materia», aclara el catedrático sampedreño.
Por otro lado, según Gómez Zotano, uno de los problemas que ha habido con el incendio es que se ha fragmentado aún mas la masa de los pinsapos que había en Los Reales. De tal manera que el pinsapar de La Mujer, el más cercano a Casares, está muy afectado y se ha desgajado de la masa principal, con lo que ya no hay continuidad con el bosque, lo que puede afectar en un futuro al intercambio genético de las poblaciones de pinsapos, entre otros efectos negativos.
El sampedreño José Gómez Zotano considera que es importante recordar que el pinsapo es una especie en peligro de extinción y de crecimiento muy lento, «un paleoendemismo relicto del Terciario que solo se encuentra en la Serranía de Ronda. Pero pese a ser una joya botánica, patrimonio y responsabilidad de todos, no se ha sabido gestionar. Ahora es tarde. No hay dinero en el mundo que pueda reparar el daño ocasionado y harán falta cientos de años para volver a ver este bosque tal y como lo hemos conocido».
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