En un barrio del norte de Marbella hay una casa destinada a uno de los colectivos más necesitados de ayuda que existen: mujeres embarazadas sin recursos ni apoyo familiar. Desde hace 6 años la Casa de acogida para mujeres embarazadas “Virgen Madre” de Cáritas presta este servicio de acogida que ha dado asistencia integral en este tiempo a 17 madres. Las acogen cuando aún están encinta y permanecen en la casa hasta unos meses después del nacimiento de sus hijos. Los 10 voluntarios de Cáritas les atienden en todo momento, facilitan su estancia en la casa, las ayudan a formarse laboralmente, en definitiva, les dan el impulso necesario para que se hagan dueñas de sus vidas y afronten el futuro llevando de la mano a sus hijos.
No todo es un camino de rosas. Detrás de cada una de estas 17 mujeres hay una historia dura marcada por el sufrimiento, la violencia o el rechazo familiar. Reyes, la responsable del programa, explica que “algunas de ellas han llegado a España cruzando el Estrecho en patera ya embarazadas. Otras han sido repudiadas por sus familias al saberse que esperaban un hijo y hay casos en los que han sido violadas. Todas han vivido situaciones muy difíciles”.
La adaptación a la casa no es fácil y a algunas madres les ha costado sobremanera cumplir unas normas mínimas de convivencia que nunca han tenido. Hay mujeres que han pasado el embarazo acogidas y, tras nacer su hijo, han vuelto con algún familiar. Otras han tenido a sus niños, se han podido formar laboralmente y han abandonado la casa con la esperanza de hacer una nueva vida. “Hemos tenido a una chica que, tras parir, hizo un curso de formación, consiguió un trabajo y ahora vive de forma independiente. Para nosotros los voluntarios ha supuesto una gran satisfacción”, relata Reyes.
¿Qué funciones cumple la casa de acogida y sus voluntarios?
Lo primero: manutención a las mujeres y sus bebés, esto es, ropa biberones, moisés,y demás enseres, además de cubrir todas sus necesidades de alimentación e higiene.
Lo segundo: atención sanitaria, los voluntarios se aseguran de que reciban una atención integral y seguimiento de todos los meses del embarazo y, tras el nacimiento, el seguimiento por pediatría y fisioterapeuta especializada infantil. Todo ello gracias a nuestro sistema sanitario y a la colaboración desinteresada de profesionales que voluntariamente apoyan este proyecto.
Lo tercero: todo lo relacionado con la documentación, gestionando ayudas disponibles, el registro y empadronamiento de los bebés nacidos, la solicitud de guardería, etc.
Lo cuarto: la responsable diseña un Itinerario personalizado, que se consensua con el resto de voluntarias, basado en la formación y experiencia laboral de cada mujer, buscando su inserción laboral para que puedan ser independientes económicamente. Por ello, se imparten talleres semanales por parte de voluntarios/as que van cambiando en función de las necesidades: manualidades, costura y croché, cocina, mecanografía, ortografía, idiomas…etc.
De todo ello se encargan la responsable Reyes y dos coordinadoras Mavi, Mari Tere, (Manutención y Tesoreria) y el resto de voluntarias: Pilar, Isabel, Cristina, Mari Carmen, Aurora, Pili, Karolina y Aura. Cuentan también con la inestimable colaboración y ayuda del párroco D. Rafael Rodríguez. “Desgraciadamente el único voluntario con el que contaba el proyecto se nos fue a finales del año 2022 Rafael Baeza”, lamenta Reyes.
Una vez las mujeres han parido se les permite quedarse varios meses en la Casa y, una vez la abandonan, se les hace un seguimiento. “Se establece un vínculo entre ellas y las voluntarias, es inevitable, ves cómo muchas de ellas crecen como personas, evolucionan y es muy gratificante para nosotras”, relata Reyes.
La Casa de acogida para mujeres embarazadas “Virgen Madre” ha supuesto un antes y un después para las mujeres que han pasado por ella y también para las voluntarias que se dejan la piel ayudándolas.