Le han dado una patada en el culo que lo ha expulsado del periodismo en España. Por ser un traidor. Por ser un pionero. Por ser el primero en publicitar las vergüenzas de la prensa y plasmarlo en un libro, El Director. David Jiménez fue durante un año, de 2015 a 2016, director del periódico El Mundo. Su experiencia timoneando uno de los medios de comunicación más poderosos de España duró tan poco porque, según él, no se plegó a las directrices de los empresarios y políticos más poderosos de España. Jiménez estuvo este pasado miércoles presentando su libro en el Trapiche Guadaiza, en el marco de Encuentros, el ciclo de presentaciones de libros que organiza la periodista Amparo de la Gama, y desgranó algunas de las claves que rigen el funcionamiento del periodismo a nivel nacional, regional o local.
“Yo aún no entiendo porque los directivos del periódico me eligieron para dirigir El Mundo. Venía de 20 años siendo el corresponsal en Extremo Oriente, cubriendo informativamente guerras, revoluciones o desastres naturales y cuando aterricé en Madrid intenté ser el reportero que siempre fui”, explica Jiménez. Por eso, asegura que se volcó en defender a sus redactores frente a presiones externas. “Recuerdo cuando llamaron desde arriba para que despidiera a la redactora que cubría la información del Partido Popular y yo me negué, de hecho la felicité porque si estaba molestando a alguien es que estaba haciendo bien su trabajo”, desvela Jiménez.
Por el contrario, cuando hizo falta despedir, no le tembló el pulso. Como cuando echó a la corresponsal de Berlín por publicar la noticia falsa del noviazgo de Irina Shayk (ex de Cristiano Ronaldo) con el ex presidente de la FIFA Joseph Blatter. O cuando prescindió de un columnista de peso como era el escritor Antonio Gala, “porque me parecía injusto que estuviera cobrando una barbaridad mientras periodistas de calle estaban ganando 7 euros por noticia”.
También recuerda cuando siendo director de El Mundo publicó la exclusiva de que diversos dirigentes del PP conocían la existencia de la Caja B del partido. “Justo ese mediodía iba a ver a Mariano Rajoy, que tenía muchas ganas de hablar conmigo para conocerme. Publicamos la noticia y, por supuesto, no conocí a Mariano Rajoy, ya no quiso que nos viéramos”.
David Jiménez fue un “bicho raro” desde que se hizo cargo de la dirección de El Mundo. “Me llamaba el Rey, me invitaban a saraos donde iba la élite empresarial y política de España. Tenía entradas al palco del Real Madrid o mesa en los mejores restaurantes y un chofer permanente a mi disposición, pero yo no quería nada de eso y, como no me quise plegar a todas las presiones que me hacían para publicar, o no publicar, esto o aquello, pues sólo duré un año”, relata este periodista que asegura que se llegó a sentir más a gusto cubriendo la guerra en Afganistán que en el despacho de El Mundo en Madrid.
Otro aspecto sobre el que hace hincapié el autor de El Director es respecto a la publicidad institucional. “Es el medio por el cual el Gobierno, las Autonomías o los Ayuntamientos utilizan el dinero de todos los contribuyentes para aniquilar la independencia de los medios de comunicación. En vez de distribuirlo equitativamente, utilizan el dinero público para premiar a los periodistas afines y, si no pasas por el aro, desapareces”, sentencia.
A David Jiménez escribir este libro le ha granjeado muchos enemigos entre el empresariado, el mundo político y el gremio de los propios periodistas. No le importa. “En el periodismo estamos acostumbrados a molestar a todos los gremios pero no podemos criticar a otros periodistas o el modo en que funciona el entramado de prebendas, compadreos y presiones que definen esta profesión”, aclara Jiménez. El lo ha hecho, fue despedido de El Mundo, Onda Cero, Antena 3 y probablemente no volverá a dirigir un periódico español en su vida. Aún así se siente afortunado. “Cuando escribí El Director mis amigos me dijeron que estaba loco, que me lloverían las demandas y acabaría arruinado. Al final he tenido suerte, trabajo no me falta (fuera de España), el libro ha sido un éxito e, incluso, se va a hacer una serie de televisión basado en él”.