La rehabilitación del futuro hotel-restaurante La Fonda, ubicado en la plaza del Santo Cristo, en pleno casco antiguo de Marbella ha permitido unir el presente y el pasado a través de las pandemias: la que vivimos actualmente y la que sufrieron decenas de personas que murieron contagiadas y fueron enterradas en fosas comunes del siglo XVI- XVII.

El pasado mes de junio, en pleno movimiento de tierras para iniciar las obras de construcción de este hotel boutique, se descubrieron dos hallazgos. Por un lado, se encontró la ermita de San Sebastián de la que se sabía su existencia pero no su ubicación. Y por otro lado, las excavaciones sacaron a la luz un cementerio con más de 150 cuerpos del siglo XVI y XVII.

El promotor de La Fonda, Adrián Gilbert, tropezó con la historia de la ciudad cuando empezaron a aparecer por el suelo decenas de esqueletos de nuestros antepasados marbellíes fallecidos en varias de las recurrentes pandemias que eran comunes hace 400 años. Una de las primeras epidemias fue provocada, según ha explicado la historiadora Lina Urbaneja, por unos tejidos provenientes de Flandes que llegaron contaminados a principios del siglo XVII.

Arqueólogos trabajando en la excavación de La Fonda

En estos casos, es la Junta de Andalucía, a través de la Delegación de Cultura en Málaga, la que toma el timón de mando: paró la obra y determinó que la empresa arqueológica Aratispi Patrimonio (en colaboración con Menia Restauración y Patrimonio, para los hallazgos pictóricos) se encargaría de excavar todo el complejo hotelero y elaboraría un informe técnico. De este modo, las futuras estructuras del hotel tendrán que adaptarse a los nuevos hallazgos arqueológicos. Para muestra un botón: el promotor tenía pensado hacer la salida de emergencia del hotel justo donde se ha hallado el altar mayor de la ermita de San Sebastián, con lo que deberá situar la puerta en otro lugar.

“Empezaron a aparecer esqueletos a apenas 60 cm del suelo. Para mí estos hallazgos han hecho que me replantee el concepto de La Fonda. Inicialmente teníamos pensado construir el hotel y el restaurante y ceder su gestión a un tercero. Pero ahora lo vamos a gestionar nosotros, porque estos descubrimientos lo convertirán en una joya única que encaja perfectamente con el concepto de exclusividad que tendrá el futuro hotel”, explica el promotor Adrián Gilbert.

Gilbert, a la izquierda de la alcaldesa, durante la colocación de la primera piedra.

El parón de las obras le está costando decenas de miles de euros al mes a este promotor francés, aunque Gilbert se lo toma con filosofía: “si no se hubiera retrasado la licencia de obras ni hubiéramos encontrado los restos arqueológicos, habríamos abierto el hotel en plena pandemia de coronavirus, con lo que habría estado vacío de todos modos. La vida es así y, aunque los retrasos nos van a costar 300.000 o 400.000 euros más, el dinero no lo es todo y los hallazgos encontrados son únicos y este hotel es más bien un modo de vida. Además, vamos a tener el mejor restaurante de Marbella en la mejor localización de la ciudad”.  

Según el arqueólogo jefe Miguel Vila, que está a cargo de la excavación de las tres parcelas que conformarán el futuro hotel La Fonda, “se han hecho unos hallazgos muy importantes. Se ha identificado un gran cementerio del siglo XVI vinculado a la desaparecida ermita de San Sebastián de la que también se están identificando diversas estructuras emergentes”. En este campo santo se han encontrado tanto tumbas convencionales como una decena de fosas comunes “en las que fueron depositándose los cadáveres de aquellos que fueron muriendo durante las distintas epidemias que se produjeron a lo largo del siglo XVII, Algunos cuerpos estaban desnudos, otros con objetos o restos de comida ya que al parecer, los enterradores no quisieron ni quitar estos objetos por no contagiarse”, explica Vila. Todos los esqueletos están siendo sacados de La Fonda y serán trasladados a un almacén para su conservación.

Vila, de espaldas, haciendo mediciones en La Fonda.

Por otro lado, el arqueólogo jefe ha querido resaltar la importancia de las pinturas del siglo XVIII encontradas en tres emplazamientos: en la fachada exterior de La Fonda, en un mural del patio interior y en el camarín que hay detrás del altar mayor de la ermita. “Si sumáramos las pinturas de esa época de todas las iglesias de Marbella, supondrían el 20% de lo hallado en La Fonda. Ha sido, por tanto, un hallazgo muy importante”, señala Vila.

Los arqueólogos empezaron a quitar la pintura azul y debajo aparecieron unos dibujos muy valiosos.

Respecto a la ermita de San Sebastián, el equipo de excavadores de Aratispi ha descubierto toda la zona del altar mayor con diversas hornacinas y unos muros que sugieren que “podría tener el tamaño de la vecina Iglesia del Santo Cristo.  Calculamos que la ermita tuvo 250 años de vida, desde la Reconquista hasta final del siglo XVII. Sabemos que en 1574 se construyó el camarín (uno de los elementos más destacados de toda la excavación) y cambiaron la advocación de la ermita a la Virgen de los Remedios”. El hallazgo de este templo confirma las investigaciones que en su momento llevó a cabo el historiador local Francisco Moreno, que hace ya años apuntaba que la ermita de San Sebastián estaba a extramuros de Marbella y en esta zona en concreto. “Las aportaciones de Francisco Moreno y su investigación y conocimiento del casco histórico han sido esenciales para contextualizar estos descubrimientos”, reconoce Miguel Vila.

Vila señalando en este mural pinturas de diferentes épocas.


La Fonda se compone de tres parcelas unidas que alcanzan los 1.500 metros cuadrados. Aparte de la ermita y el cementerio, se han hallado otros restos: dos casas del periodo islámico del siglo XIII: “hemos identificado cocinas, letrinas, las puertas de entrada, etc.”, explica Vila, que señala que, una vez queden estudiados y contextualizados, se taparán.

Gilbert junto a una de las casas árabes del siglo XIII.

Actualmente, el estudio de los restos hallados en La Fonda ha entrado en la fase final. El arqueólogo jefe espera que para octubre se pueda concluir todo el trabajo de campo, excepto en la zona del camarín de la iglesia de San Sebastián: “En este espacio encontramos unas pinturas muy interesantes en la cúpula que requerirán un estudio más exhaustivo. Además, tendremos que excavar el suelo del camarín para ver qué podemos encontrar. Aunque esto se hará de forma simultánea a la construcción del hotel”, aclara Miguel Vila.

Recreación de cómo quedará la futura Fonda

Gilbert calcula que dentro de un año y medio o dos abrirá sus puertas el hotel La Fonda. Será un establecimiento hotelero de 20 habitaciones con varias suites y dos restaurantes. Los turistas volverán a Marbella cuando la pandemia pase y aquellos que elijan La Fonda dormirán sobre un pedazo de nuestra historia.

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