Muy cerca del río Danubio en Austria se encuentra Mauthausen-Gusen, un campo de concentración nazi que se convirtió durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) en el infierno sobre la Tierra para los 7.200 españoles republicanos que tuvieron la desgracia cruzar sus alambradas. De ellos murieron oficialmente 4.427 y en esa cifra hay que incluir a seis marbellíes de cuyo paso por Mauthausen casi nada ha trascendido excepto sus nombres, apellidos, fecha de nacimiento y de defunción. Son Manuel Pérez Natera, nacido el 23/08/1916 en Marbella y muerto el 10/01/1942 . Miguel Morillo Cereto, nacido el 15/07/1916 en Marbella y fallecido el 03/01/1942. Álvaro Mayen Cuellar, nacido el 04/11/1905 en San Pedro Alcántara y muerto el 03/06/1943. José Martín Pizarro, nacido el 24/07/1912 en Marbella y fallecido el 17/07/1942. Andrés López Cuevas, nacido el 24/01/1901 en Marbella y muerto el 03/11/1941. Y Salvador Galea López, nacido el 5/09/1908 en Marbella y fallecido el 21/08/1942.

Españoles trabajando en la construcción dentro del campo nazi.

MARBELLÍES HUIDOS TRAS LA GUERRA

¿Cómo acabaron estos marbellíes en el infierno de Mauthausen? Todos ellos tenían un pasado vinculado a la UGT, la CNT u otros organismos de izquierdas y, con la victoria franquista, tuvieron que huir a Francia ya que en Marbella habrían acabado fusilados o en prisión.

Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, en 1940 con la derrota de Francia, los nazis detuvieron a miles de españoles republicanos exiliados en el país galo. Preguntaron a Franco si quería que los deportaran a España. A lo que el dictador franquista se negó, alegando que no había españoles más allá de sus fronteras, por lo que esas miles de personas fueron enviadas al campo de concentración de Mauthausen como apátridas prescindibles.

La profesora titular del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Málaga, la marbellí Lucía Prieto, es la que más ha analizado el periodo convulso de la Guerra Civil y la represión. Gracias a ella conocemos algunos datos más sobre los seis marbellíes muertos en Mauthausen. A continuación:

CADA UNO DE ELLOS

Uno de los presos, Andrés López Cuevas, huyó de los nacionales en enero de 1937 con su mujer y sus dos hijas hacia Almería, a donde llegaron andando. Según Lucía Prieto, que llegó a entrevistar a su esposa Cecilia Rubia, “escaparon hasta Lérida, donde Andrés López Cuevas quedó separado de ella. En la ciudad catalana Cecilia perdió una de sus hijas y tuvo otra. Tras la caída de Barcelona en 1939 huyó a París”. Allí buscó incansablemente durante años a su marido perdido hasta que recibió una carta de la Cruz Roja notificándole “que lo habían matado porque intentó escaparse de un campo de los alemanes”.

Los españoles trabajaron como mano de obra esclava para los nazis.

Sobre Álvaro Mayén Cuéllar, Prieto explica que sólo se conoce que su familia vivía en el número 13 de la calle Duero de San Pedro. Era parte de tres hermanos Mayén: Álvaro, Ramón y Pedro. Estaban afiliados a la UGT y los tres se alistaron al inicio de la Guerra Civil en el ejército republicano. Tras la derrota, Pedro acabó represaliado en un batallón de Trabajadores mientras que Álvaro huyó a Francia, donde fue acogido como refugiado en el campo francés de Saint-Cyprien. De allí, tras la ocupación nazi de Francia, acabó muriendo en Mauthausen. Hoy en día una calle de San Pedro de Alcántara lleva el nombre de Hermanos Mayén.

Respecto a Salvador Galea López, tal y como consta en el archivo de Lucía Prieto, se sabe que su familia era vecina de la de los hermanos Mayén. Salvador y sus hermanos huyeron a Almería en la famosa “juía”. Posteriormente Salvador Galea cruzaría la frontera y acabó deportado a Mauthausen. Allí falleció también.

Sobre José Pizarro de San Pedro, se sabe que fue vocal del Consejo Obrero de la Finca San Pedro Alcántara de la UGT, siendo el responsable de la dirección de la antigua Colonia de San Pedro. Solo se sabe que terminó su vida en el campo de concentración nazi.

Este medio nada ha podido saber sobre los otros dos prisioneros mencionados anteriormente. Tan solo el nombre: Miguel Morillo Cereto, nacido el 15/07/1916 en Marbella y fallecido el 03/01/1942 y Manuel Pérez Natera, nacido el 23/08/1916 en Marbella y muerto el 10/01/1942 en Mauthausen.

Banda de música del campo de Mauthausen formada por españoles.

PRESOS ESPAÑOLES Y MAUTHAUSEN

Los nazis dieron buen uso de la mano de obra esclava española. Hablar de Mauthausen es hablar de su cantera de granito, donde los españoles trabajaban hasta morir de extenuación. Una escalera de 186 peldaños (Las Escaleras de la Muerte) separaba la cantera de los barracones y tenían que subirla 10 o 12 veces todos los días cargados con piedras de más de 20 kilos. Era muy frecuente que los guardias nazis empujaran a los presos desde lo alto para que murieran desde la conocida Pared del Paracaidista.

Los españoles tenían que subir los 186 peldaños de esta fatídica escalera.

Los 7.200 españoles que pasaron por este infierno tuvieron que vérselas con uno de los más sádicos jefes de campos de concentración nazi. Frank Ziereis fue el comandante de Mauthausen-Gusen durante toda La Segunda Guerra Mundial. Un hombre de 35 años que apenas sabía leer ni escribir y que se entretenía animando a sus hijos a matar a balazos a los presos. Este sanguinario oficial de las SS fue capturado poco días después de la liberación del campo por un grupo de soldados estadounidenses a los que acompañaban varios presos de Mauthausen. El comandante resultó herido de gravedad y fue trasladado al hospital de campaña que los norteamericanos instalaron en Gusen. Allí realizó una confesión de sus crímenes y murió en la tarde del 24 de mayo de 1945. Su cadáver desnudo fue colgado por los prisioneros en el antiguo recinto del campo.

Ziereis fue el sádico comandante del campo de Mauthausen.

El comandante de Mauthausen-Gusen tuvo varios ayudantes que rivalizaban con él en crueldad. Como Georg Bachmayer, el responsable de la seguridad del campo, que era especialmente temido por su afición a utilizar a su perro, Lord, para torturar y asesinar a los deportados. Tras la liberación, Bachmayer asesinó a su mujer y a sus dos hijas pequeñas y luego se suicidó de un disparo en la cabeza. Otro ayudante de Frank Ziereis era Karl Schulz, conocido como el Pájaro de la Muerte. A su cargo se encontraban la cárcel, la cámara de gas y los distintos lugares donde se perpetraban las ejecuciones.

Kaltenbrunner, Himmler y Ziereis fotografiados por Boix en Mauthausen.

Por desgracia no hay constancia de que ningún marbellí sobreviviera a estos sádicos asesinos y a las horrorosas condiciones de vida en el campo de Mauthausen. Sin embargo, hubo un preso en dicho campo, el catalán Francisco Boix, fotógrafo del campo, que guardó los negativos de todas las fotos que pasaron por sus manos y logró esconderlas hasta el final de la guerra para tener pruebas de las barbaries cometidas en este campo de concentración. Gracias a estas fotos, Boix pudo testificar en Los Juicios de Nuremberg y demostrar la presencia de dirigentes nazis como Albert Speer, Heinrich Himmler y Ernst Kaltenbrunner en Mauthausen y así ayudar a que fueran juzgados.

.Liberación del campo de concentración por soldados de la 11 División Acorazada estadounidense.

Sobre los marbellíes fallecidos en Mauthausen no hay películas ni libros. Murieron como tantos miles de españoles de agotamiento, golpeados, despeñados o fusilados. No pudieron disfrutar de la alegría indescriptible de los supervivientes cuando el 5 de mayo de 1945, los soldados de la 11 División Acorazada traspasaron los muros de granito del campo de concentración para liberarlo.

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