Existe un sótano oscuro y húmedo debajo del Conservatorio de Marbella en el Parque de la Constitución que acoge desde hace un par de meses la Provisión de Fondos Arqueológicos. A este espacio ha sido desterrada actualmente una importantísima parte del patrimonio arqueológico del municipio tras su efímero paso por el local situado en Arias de Velasco, que el Ayuntamiento ha preferido que ocupe ahora la Asociación de Amas de Casa de Marbella.
“Su función principal es la de custodiar, recepcionar y clasificar el material arqueológico del municipio y también es un espacio de estudio, abierto a investigadores y en el que se realizarán exposiciones temporales”: esto es lo que dice la web municipal respecto a la Provisión de Fondos Arqueológicos. Esta sala es esencial si Marbella aspira a tener algún día abierto y lleno el museo histórico en el actualmente ruinoso convento de la Trinidad. Y lo es porque la Junta de Andalucía es muy exigente respecto a cómo y dónde deben ser conservadas y custodiadas las piezas históricas que se encuentren en manos municipales o en yacimientos que se descubran en el término de Marbella. El lugar, mientras no haya museo, es la Provisión de Fondos Arqueológicos.
Por eso, en los bajos del conservatorio de Marbella se custodian piezas inapreciables de casi todos los periodos de la Historia, como molinos, vasos, vasijas y otros restos del periodo Neolítico-Calcolítico encontrados en la cueva de Pecho Redondo, Coto Correa y otros lugares; finos estucos romanos hallados en el antiguo Hospital Bazán durante las obras de 2007 y 2021, anclas de la época fenicia y romana, distintos elementos de vajilla de la época nazarí encontradas en las recientes excavaciones de La Fonda, etc.
La Provisión de Fondos Arqueológicos atesora agujas de coser de redes de pesca, anzuelos, monedas o bisagras de hierro de la época romana encontradas en la Villa de río Verde. Sus estanterías acogen cajas con mármoles y estelas de la basílica paleocristianas. En una de las vitrinas muy pocos ojos han podido admirar unos candiles del periodo nazarí o una olla con una cuscusera del mismo periodo de la Marbella musulmana de hace 700 años.
Al fondo de la sala, en unas estanterías metálicas hay cajas llenas con los restos hallados en el cementerio cristiano de primeros del siglo XVI del convento de la Trinidad: pendientes, anillos, monedas, clavos y otros abalorios de bronce. Junto a ellos se encuentran clavos, botones, maderos y diversos utensilios encontrados en el galeón hundido de San Pedro.
Más allá, en la estantería anexa, hay algunos clavos y restos herrumbrosos centenarios encontrados en las minas de Buenavista de Sierra Blanca que dan fe de nuestro pasado minero. Muchas de las piezas mencionadas han sido restauradas, contratando una empresa externa porque no hay un restaurador en el Ayuntamiento. En Estepona, que sí cuenta con un espectacular museo histórico, cuentan con arqueólogo municipal y una restauradora en nómina que facilita enormemente la recuperación de las piezas históricas que se encuentran en yacimientos o son entregadas por particulares.
CONVENTO DE LA TRINIDAD, EL MUSEO QUE NUNCA LLEGA
La lista del patrimonio arqueológico atesorado en esta sala serviría para llenar un museo. De hecho, haría quedar pequeño al futuro museo proyectado en el convento de la Trinidad. Se cumplen ahora cuatro años de la aprobación del proyecto básico de restauración y rehabilitación del claustro y capilla del antiguo Convento de la Trinidad. Cuatro años de burocracia y retrasos en la búsqueda del visto bueno de la delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, la administración que debe aprobar la puesta en marcha del futuro museo. Actualmente, según explica la directora general de Cultura de Marbella Carmen Díaz, falta hacer un último estudio para asegurarse de que los muros del antiguo convento podrán soportar la cubierta moderna que cerrará el techo del museo.
Una vez el convento se convierta en museo podrá el Ayuntamiento contactar con otras pinacotecas para pedirles la cesión de piezas cuyo origen sea marbellí. Sólo si esas piezas no están expuestas podrán traerse a Marbella desde los fondos almacenados de esos museos.
FUNCIONES QUE CUMPLE LA SALA
Mientras se concreta el museo, la Provisión de Fondos Arqueológicos debe cumplir la función de estar abierta a investigadores. A este respecto, en breve, una antropóloga va a comenzar un estudio sobre los cientos de esqueletos hallados en la necrópolis de La Fonda, que se encuentran también depositados en decenas de cajas en este espacio. El objetivo será analizarlos para arrojar luz sobre quiénes eran los marbellíes de hace 500 años.
Otra de las funciones de este espacio debe ser acoger exposiciones temporales y contribuir a divulgar nuestra historia. El problema es que la ubicación actual que tiene, escondida y bajo tierra, no favorece ni una cosa ni la otra. La directora general de Cultura Carmen Díaz aseguró a este periódico que uno de los motivos principales para el traslado de la Provisión de Fondos Arqueológicos al sótano del parque de la Constitución era que estuviera más accesible al estar en el centro. Ahora mismo parece poco probable que puedan organizarse exposiciones o visitas guiadas a un espacio tan poco idóneo.
Hay un enorme porcentaje de preciosos restos arqueológicos repartidos por las casas de Marbella. Seguro que muchos conocemos algún caso. En este sentido, la Provisión de Fondos Arqueológicos cumple una función importantísima: acoge aquellas piezas arqueológicas de personas particulares que quieren que formen parte del patrimonio de todos y en este espacio son clasificadas y guardadas a buen recaudo para que, cuando el museo sea una realidad, pueden ser expuestas. Se sabe de bustos encontrados en la villa de Río Verde, de una urna funeraria fenicia, única y muy valiosa, hallada en Los Monteros, o una placa de la época romana con el nombre Sempronio encontrada en Guadalmina. Son objetos históricos dignos de un museo que podrían arrojar luz sobre nuestro pasado y que lucen seguramente encima de una chimenea o en el salón de una casa para uso y disfrute de un particular.
Mucho de nuestro patrimonio se ha perdido por la desidia de todas las administraciones, por la prioridad dada a un desarrollo urbanístico que ha apisonado literalmente muchos restos de nuestro pasado y por la falta de una visión estratégica que apueste por recuperar la cultura y el patrimonio en Marbella y San Pedro. La Provisión de Fondos Arqueológicos cumple un papel esencial en la recopilación y clasificación de ese pasado, aunque sea en un sótano húmedo y oculto a los ojos de ciudadanos y turistas.
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