Los efectos del incendio de Sierra Bermeja marcarán este macizo montañoso durante décadas. La flora y la fauna que se han visto afectados necesitarán mucho tiempo para regenerarse y recuperarse. En algunos casos la clave de la recuperación estará en que el ser humano interactúe en el medio ambiente afectado lo menos posible. En otros casos sí se precisará de la mano del hombre.
Para ayudar a restaurar una zona incendiada lo que hay que hacer es no tener prisas y no correr a reforestar al día siguiente del incendio. Según explica el biólogo Jesús Duarte, “hay que dejar que los procesos naturales sigan su curso, evaluar el estado del suelo pasado un tiempo y entonces, planificar bien las actuaciones. Eso supone que probablemente cualquier reforestación implicará dejar pasar un año mínimo y acondicionar el suelo previamente. En el caso de Sierra Bermeja más aún ya que las peridotitas generan suelos muy pobres que tras los incendios pierden mucho horizonte, por lo que son difíciles de restaurar y más de reforestar. Es necesario que primero se regenere por sí solo el pastizal y algo de matorral. Después se podrán plantar especies de sotobosque y crear suelo y condiciones para más tarde llegar a los árboles. Más vale dejar actuar a la sucesión natural que sembrar y gastar dinero a lo loco en plantar árboles sobre un suelo quemado”.
“Vamos a esperar a ver cómo reacciona la propia Naturaleza, cómo se va regenerando y, en caso de que se vea que hay zonas que requieran ayuda de los seres humanos, habrá que estudiar cual es la medida adecuada para facilitar la regeneración”, coincide José Gómez Zotano, Catedrático de Universidad. Dpto. de Análisis Geográfico Regional y Geografía Física de laUniversidad de Granada y miembro de la Plataforma Sierra Bermeja Parque Nacional.
Duarte considera que cualquier actuación de restauración será mucho más sencilla y eficaz en los piedemontes y fondos de valle, donde se acumulará suelo y abundará más vegetación de frondosas, con más capacidad de resistir al fuego y rebrotar que el pinar. “Las laderas escarpadas, las crestas y las cumbres lo tendrán más complicado y requerirán más actuaciones. De la misma forma, los suelos quemados y la vegetación afectada en el Valle del Genal se recuperarán antes que las peridotitas de Sierra Bermeja”, concluye Duarte.
Los pinos resineros, una especie tan dura y resistente que ha conseguido adaptarse a la toxicidad de los suelos serpentínicos propios de la roca peridotita, han sido los más afectados. Sin embargo, según señala Gómez Zotano, “el pinar se regenera sólo, porque el pino resinero está acostumbrado a vivir con el fuego. Pero claro, con un fuego de origen natural. Al haber una recurrencia tan alta de incendios provocados por el hombre es mucho más difícil que la especie se regenere por sí misma”.
PINSAPOS Y OTROS ENDEMISMOS
Sierra Bermeja acoge en sus laderas más de 40 endemismos entre flora y fauna, más que muchos países de Europa. Muchas especies, sean endémicas o no, tienen estrategias de resistencia al fuego con capacidad de rebrotar.
Aún es pronto para cuantificar el impacto del fuego en esos endemismos tanto los vegetales como los de la fauna. “Muchas especies vegetales de Sierra Bermeja tienen un gran capacidad de regeneración después de un incendio. Aún está por ver si el efecto del arrastre de cenizas y sedimentos por posibles lluvias pueda ocasionar colapsos en los cauces medios y altos de los cauces y afluentes del Rio Padrón, La Cala, Castor, Guadalmansa, Guadamina, etc.”, señala Javier de Luis de Ecologistas Malaka. Están por ver, según el ecologista, los efectos en las nutrias y en la ictofauna endémica de estos cauces: pez fraile, barbo gitano, bordallo malagueño, etc.
Gómez Zotano adelanta que habrá que hacer un diagnóstico para hacernos una visión del impacto del fuego en los endemismos de Sierra Bermeja. “Tengo la esperanza de que esas especies endémicas también tengan la capacidad de regenerarse. Por fortuna no se ha quemado toda la Sierra y es posible que las poblaciones intactas puedan recolonizar las áreas que se han quemado”
En cuanto al pinsapo, ya es más preocupante, porque no se regenera tan fácilmente, a pesar de que oficialmente se ha visto afectado sólo el 10% del pinsapar de Los Reales. “Desde 1950 los pinsapares de Sierra Bermeja han experimentado una merma muy importante en su superficie. Hemos calculado más de 2.000 pinsapos quemados en estos años en todo el macizo”. De hecho, ahí sí que se requiere que pongamos toda la carne en el asador y habrá que poner recursos para una repoblación en cuanto veamos cómo responde el pinsapar en los próximos meses”.
FAUNA: AVES, VERTEBRADOS, LIBÉLULAS Y OTRAS CRIATURAS
Sierra Bermeja cuenta con una gran variedad de aves rapaces. Águilar real, Águila perdicera, Búho real, Águila calzada, Culebrera europea, Gavilán común, Azor común, Busardo ratonero, buitre leonado, cernícalo vulgar, Halcón peregrino, etc., son algunas de las especies que, en la mayoría de los casos, consiguieron escapar de las llamas refugiándose en lugares cercanos. “Parece ser que en la mayoría de los casos estudiados tras un incendio suelen volver pronto, sobre todo si son especies territoriales”, explica el ornitólogo Juan Caracuel, que señala que, dentro del enorme impacto que esta catástrofe natural ha significado para la vida silvestre, “posiblemente estas especies sean las que una menor afección presenten, siempre teniendo en cuenta que hayan podido escapar del fuego propiamente dicho”.
Caracuel se congratula que de que, por las fechas en las que se ha producido el incendio, no ha debido afectar a la reproducción, “en cuyo caso sí hubiera significado una pérdida», ya que el fuego hubiera acabado con las crías en los nidos de los árboles.
Sobre las rapaces, el biólogo Jesús Duarte aclara que “las pérdidas en este grupo se sufren de forma indirecta y a posteriori porque más que mortalidad directa lo que se detectará será una reducción de su éxito reproductivo en años venideros como consecuencia de la reducción del hábitat disponible, de la escasez de presas o de lugares adecuados para nidificar.
Respecto a los mamíferos, suelen tener también capacidad de escapar a menos que se hayan visto acorralados por el fuego, aunque es de esperar que vayan apareciendo corzos, jabalíes, cabras y otras especies quemadas. “No obstante, excepto en poblaciones pequeñas, muy localizadas y de distribución muy restringida que se hayan visto muy afectadas, tan pronto se vaya observando la regeneración del matorral cabe esperar una respuesta progresiva de recuperación de efectivos poblacionales hasta alcanzar un nuevo equilibrio con el nuevo medio. Incluso a algunas especies todo esto les afectará positivamente. Los incendios también crean nuevos nichos y huecos, sobre todo en espacios forestales densos”, comenta Jesús Duarte.
En cuanto a los anfibios, uno de los más señeros de Sierra Bermeja es la salamandra penibética. El biólogo Diego Rodríguez asegura que el incendio las ha pillado estivando (se entierran durante el verano) salvo quizás a las que estuviesen a mayor altura. “No volverán a salir hasta que lleguen las primeras lluvias, así que en principio el fuego directamente les debe haber afectado poco. Otra cosa es que, cuando la lluvia arrastre toda la ceniza, haga la reproducción este año impracticable en los arroyos afectados por el incendio”.
En cuanto a libélulas, Rodríguez considera que las especies más amenazadas son primaverales, “ahora mismo están en fase larvaria dentro del agua y no saldrán hasta marzo o abril. Se pueden ver afectadas si el incendio pasó sobre el arroyo lentamente y logró subir la temperatura del agua hasta matar todo lo que vivía ahí. Al parecer es más probable que esto haya pasado en las cabeceras, donde hay poblaciones de Oxygastra curtisii protegida, y de Calopteryx virgo que aquí se concentran en estos primeros tramos de los arroyos de la Sierra Bermeja”.
PATRIMONIO HISTÓRICO Y ETNOGRÁFICO AFECTADO
El incendio no sólo ha afectado a plantas y seres vivos de la Sierra Bermeja. A priori se han visto afectados lugares emblemáticos como el castillo de El Nicio (Bien de Interés Cultural), el Horno de los Almárgenes (donde se fabricó brea para una réplica de barco fenicio en 2019), las minas de San Miguel y Conchita, decenas de lagares y caleras, etc.
“Aún no hemos podido valorar en su conjunto los daños en el patrimonio histórico, ya que no hemos podido acceder a la zona. Durante la semana próxima podremos evaluar daños en el Castillo del Nicio, Horno de los Almárgenes, Reales, etc.”, explica el arqueólogo municipal de Estepona Ildefonso Navarro.
Sierra Bermeja ha visto drásticamente afectada la enorme biodiversidad que atesoran sus bosques y cañadas. Los expertos consultados son realistas y asumen que el daño hecho por el incendio ha sido muy grave. A la vez están esperanzados en la gran capacidad de regeneración de estas montañas que se han quemado repetidamente en las últimas ´décadas. Sobre esta querencia de Sierra Bermeja con los incendios se hablará largo y tendido en el reportaje Sierra Bermeja: arde sobre quemado, que se publicará el lunes.