Ya se han terminado los trabajos de reparación en la plaza de toros de Marbella. Este equipamiento municipal vuelve a contar por fin con todas las medidas de seguridad precisas para que pueda acoger eventos multitudinarios. Incluyendo la posibilidad de que acoja espectáculos taurinos.
Tres años han estado vacías las gradas de la plaza de toros tras la renuncia de la concesionaria en 2017. El Ayuntamiento anunció en diciembre de 2018 la reforma de este espacio por algo más de un millón de euros. Al final, según ha precisado la alcaldesa Ángeles Muñoz, la obra se licitó a finales del año pasado, contando con una inversión de 800.000 euros y se ha completado en un plazo de ejecución de unos siete meses. Ha recordado que “el Ayuntamiento acordó la finalización de la concesión con la empresa que estaba explotando el recinto y, antes de sacar un nuevo concurso, nos centramos en mejorar las medidas de seguridad” y ha explicado que “ahora vamos a empezar a estudiar los pliegos para ver las empresas que pueden estar interesadas con el objetivo de desarrollar, a partir del próximo año, una agenda cultural en un equipamiento público que siempre ha tenido un especial atractivo para Marbella”.
Según declaraciones hechas por la regidora a La Opinion de Málaga, «la idea que tenemos es la de no descartar nada. Dejaremos abierto el uso del recinto no sólo para que sea una plaza de toros en la que se puedan celebrar eventos taurinos, sino que sea una plaza de toros para una oferta cultural de primer nivel. Se estudiarán todas y cada una de las ofertas».
Los trabajos de rehabilitación de la plaza de toros han pasado por el acondicionamiento de la cornisa, la renovación total de la instalación eléctrica de la plaza, el incremento de las medidas de protección mediante la instalación de bocas de incendio, extintores manuales, sistemas de detección, alarma y transmisión de avisos en caso de emergencia y la adecuación de la señalización e iluminación para la evacuación a través de las vías con las que cuenta la plaza, la remodelación de los núcleos de aseos, adaptándolos a personas con movilidad reducida, la reparación de los revestimientos que se encontraban deteriorados, la restitución del albero y el pintado de la fachada exterior e interior.