Serán muchos los lectores que reconozcan de inmediato los versos que siguen: Penélope/ con su bolso de piel marrón/ y sus zapatos de tacón. Pobre infeliz/ se paró su reloj infantil/ una tarde plomiza de abril/ cuando se fue su amante.
Si, son versos del insigne Joan M. Serrat a los que puso música, Augusto Algueró. Hablamos del año 1969. Hablamos pues, de la archiconocida, “Penélope”. Poco que añadir. Aún así, decir debo que sabido es, desde tiempos de Homero, de “las muchas penélopes” que en la historia inundaron de lágrimas los cuencos de la esperanza. Lean, sino, la historia de Rosario la de Marbella. Obra del compositor Manuel López Quiroga, año 1954. Interpretada por la mismísima Luisa Ortega (hija menor de Manolo Caracol y que nos ha dejado este año). Editada por Fábrica de Discos Columbia. Dos ejemplares disponibles en la Sede de Recoletos de la Biblioteca Nacional (Sala Barbieri). Lean:
…con la cara como una rosita retostá por el sol de los mares.
Una noche en su velero, un mocito marinero la embrujó con su canción
Y Rosario como loca, le dejó probar su boca y le dio su corazón.
Adiós, le dijo, amor mío, a tus brazos volveré
Y un año va transcurrió, y él un año va transcurrió, y no ha sabido de él
Rosario la de Marbella, se está poniendo como una rosa descoloría
Y hablando con las estrellas va por la playa como loca perdía…….
¿Qué fue de Rosario la de Marbella? Fue otra Rosario. Fue Penélope. ¿O no es acaso la historia una línea recta con altibajos de emociones que transitamos con el dedo pulgar en la boca? ¿Y no es el transitar un ejercicio de desencanto?
Francisco García Castro
Poeta. Autor del poemario, Balada del viejo bunk y otros poemas (Col. Monosabio 2014) y del cuaderno, El engorroso plumaje del colibrí (Paco Cumpián, 2018-presentado en el Centro Andaluz de las Letras Málaga)