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Ruta por el corazón salvaje de la Sierra de las Nieves

Tipo: Circular

Dificultad: Alta

Duración: 9 horas

Distancia: 19 Kms

Desnivel: 1.100 metros de desnivel positivo.

 Agua: Pasamos junto a la fuente de la Caína a 1,15 minutos del comienzo de la ruta y estaba seca. La fuente de la Víbora, a 4 horas del inicio, tenía abundante agua. El pilar de Tolox, a 5.5 horas del inicio, tenía agua aunque un simple hilillo. La fuente de Juanisco Huelva, a media hora de llegar al coche, estaba seca.

INTRODUCCIÓN

La Sierra de las Nieves es la madre de las montañas malagueñas. Contiene todo lo que le gusta a un senderista malagueño: paisajes agrestes, roquedos impenetrables, cañadas profundas, bosques extensos de pinsapos, etc.

La ruta que se describe en este artículo ha tratado de encajar en una excursión circular casi lo mejor que ofrece la Sierra de las Nieves. Parte del mirador de Caucón/Ceballos. Recorre los pinsapares de Caucón con visita al Tajo de la Caína. De ahí se sube hasta la Cañada de la Perra que se recorre hasta su salida por el Puerto de las Boas a la parte alta de la Sierra.

Se desciende a la Cañada de las Grajas, donde cogeremos un sendero bien marcado pero poco conocido que nos permite recorrer a media ladera la cabecera de la  impresionante Cañada de las Carnicerías. Este tramo espectacular, agreste y solitario nos hace pasar por la fuente de la Víbora hasta el mágico Pinsapar de Froncaire. La subida por la cañada de este poco conocido e impresionante pinsapar (con ejemplares bastante viejos) nos hace conectar con el pilar de Tolox, punto de partida del tramo final de ascenso al pico Torrecilla (1919 metros de altura).

Desde este punto, tras un merecido bocadillo, cogemos el sendero bien transitado que se dirige hacia el Peñón de los Enamorados, el cual dejamos atrás para atravesar la zona de los Ventisqueros y volver a introducirnos en los pinsapares de Yuquera. Iniciamos un descenso acusado que nos introduce de vuelta a los pinsapos. Cuando demos vistas a la cañada de Juanisco Huelva debemos estar atentos a un desvío hacia la derecha del sendero, bien marcado con hitos. Es un punto importante, porque si seguimos de frente acabaríamos en el mirador de Saucillo. Así que cogemos a la derecha y un descenso vertiginoso nos lleva a la fuente de Juanisco Huelva.

A pocos metros salimos a un sendero que cogemos a mano izquierda y, en unos pocos cientos de metros llaneando nos plantamos de vuelta en el mirador de Caucón/Ceballos dando fin a una ruta memorable y èpica. Todo mi agradecimiento a mi amigo Sarren Small que me ha acompañado en esta dura ruta.

REPORTAJE FOTOGRÁFICO:

Amanece en el mirador de Caucón/Ceballos con vistas hacia Yunquera.
Desde el mirador tenemos magníficas vistas del pinsapar por el que transitaremos en la primera parte de la ruta. Pronto las nubes cubren el pinsapar hasta la cota de 1.400 metros de altura.
Al poco de andar nos introducimos en el bosque por un sendero perfectamente marcado.
Tras un pequeño repecho y una corta bajada iniciamos una subida decidida por el corazón del pinsapar que nos llevará a un cruce de caminos en el Mirador de la Era de los Gamones. Al llegar al cruce podemos seguir de frente y volver haciendo una circular corta hasta el coche. Podemos girar a la izquierda para ver las vistas desde el cercano Mirador de la Era de los Gamones, que es lo que hacemos y, al volver al cruce tiramos para la derecha para continuar hacia nuestro próximo objetivo: el Tajo de la Caína.
Vistas desde el Mirador de la Era de los Gamones.
Subiendo hacia el mirador del Tajo de la Caina. La niebla nos va cubriendo mientras un rebaño de ovejas nos toma la delantera. Se nota como la brigada anti-incendios de ovejas está dejando bien limpio de maleza todo el entorno.
Decepción. Las nubes cubren el paisaje espectacular que se suele disfrutar desde el mirador. No obstante, optamos por coger una senda bien marcada que nos acercará hasta el Tajo de la Caina a unos cientos de metros.
A pesar de la niebla es un paseo espectacular bajo estos paredones calizos.
La fuente seca de la Caina. Volvemos sobre nuestros pasos hasta el mirador de la Caina para afrontar una subida por un sendero que sale justo del mirador hacia nuestro próximo objetivo: la Cañada de la Perra.
El sendero nos va elevando entre roquedos dejando a la izquierda el Tajo de la Caina.
Cañada de la Perra. Las nubes poco a poco van quedando ya más abajo de nuestra cota. Esta Cañada es espectacular,
El sendero que recorre la Cañada nos sumerge en el bosque húmedo.
Juego de luces con la niebla entre los pinsapos en lo más profundo de de este pequeño pinsapar.
Pinsapo de la Perra, un soberbio ejemplar junto al que paramos para admirar su `porte. hay varios ejemplares en este pinsapar de notable tamaño.
por encima de la cota de los 1.500 metros de altura desaparecen los pinsapos y son sustituidos por otra joya botánica como son los quejigos de montaña que nos acompañarán durante la subida. El sendero se empina para sacarnos de la Cañada por su parte alta.
Mirando atrás se ve que el sendero nos hace ganar altura con decisión.
la subida culmina en este punto, el Puerto de las Boas, fácil de identificar por estos dos quejigos que flanquean el camino. Tras traspasar el puerto un trío de jabalíes adultos cruzan el sendero a unos 80 metros de distancia sin aparentemente darse cuenta de nuestra presencia.
La subida se modera y entramos en el páramo que conforma la parte alta de la Sierra de las Nieves. Damos vistas al Torrecilla, el Peñón de los Enamorados, Cueva del Oso, Cerro Alto y otras cumbres de estas montañas. Nuestro sendero nos introduce en la Cañada de las Grajas donde tenemos dos opciones: remontar la cañada hacia el Norte, a la derecha, hasta un cruce que nos conduciría al Peñón de los Enamorados, al Torrecilla o a la zona de Quejigales. O, buscando hacia el Sur, a la izquierda, encontramos un sendero bien marcado y muy poco transitado que los permitirá recorrer toda la cabecera de la Cañada de las Carnicerías. Cogemos esta última opción.
El sendero está bien pisado y pronto nos hace rodear hacia el Sureste (derecha) para ganar vistas a la Cañada de las Carnicerías.
Espectacular vista de la Cañada de las Carnicerías con las nubes ya bien abajo.
Este sendero es espectacular. Nos muestra a media ladera paisajes poco recorridos y agrestes de la Sierra de las Nieves. Vemos a lo lejos el pinsapar de Froncaire y, encima, el Picacho y el pico de Fatalandar en la cuerda del Torrecilla.
Iniciamos un decidido descenso para continuar recorriendo la ladera del Cerro Estepilar. Las vistas siguen siendo grandiosas.
Parada junto a la fuente de la Víbora. Tienen abundante agua teniendo en cuenta la situación de sequía en la que estamos inmersos.
Unos metros más allá el sendero se encaja entre los paredones del Cerro Estepilar y cruzamos una pequeña zona de cadenas que no tiene mayor dificultad antes de acceder al pinsapar de Froncaire.
En este punto toca remontar al completo la Cañada de Froncaire. Este paraje es mágico, con ejemplares vetustos de pinsapo en un entorno de alta montaña. El sendero se difumina y hay que ir atentos a los hitos. Nosotros perdimos la pista y utilizamos veredas de animales. No hay pérdida posible ya que sólo debemos remontar la Cañada por su vertiente izquierda según se sube.
Abrazo de la muerte. Dos pinsapos hermanados. Uno vivo. Otro muerto. Mágica Cañada de Froncaire.
Miramos para atrás y podemos ver parte del recorrido por la Cañada de Froncaire. Es paraje espectacular.
Entre los últimos pinsapos vemos a lo lejos el rocoso Cerro del Pilar, en cuyo lado izquierdo está el Pilar de Tolox. Ese es nuestro objetivo. Debemos ir pegados a la parte izquierda de la Cañada para no meternos en una zona arenosa donde diversos muros tratan de contener la erosión. Pronto alcanzamos el Puerto del Pozuelo y damos vistas al Rey de la Montaña: el Torrecilla.
El Torrecilla desde el Pilar de Tolox. Aquí ya encontramos más senderistas que van o viene de la cima del Torrecilla. Hacemos una parada para el bocadillo junto al Pilar.
Pilar de Tolox. Apenas sale un hilillo de agua del caño. Aquí sí se nota la sequía.
Tras el merecido descanso nos incorporamos al sendero que se encamina hacia el Norte buscando el cruce que nos dirija hacia el Peñón de los Enamorados.
Monolito con señalética incorporada en el cruce caminos. Hacia el Oeste para ir a Quejigales. Nosotros iremos hacia el Este, derecha, para dirigirnos de vuelta al pinsapar de Yunquera previo paso junto al Peñón de los Enamorados.
Tras unos cientos de metros de sendero pedregoso llegamos a otro cruce. Podemos desviarnos hacia la derecha, dirección Sureste, para recorrer la Cañada de las Carnicerías hasta el punto donde estuvimos hace unas horas y retornar por el mismo camino de vuelta a la Cañada de la Perra y hasta Caucón. Optamos por seguir de frente para volver al coche sin repetir huella.
Pasamos junto a la Sima de los Enamorados.
Rodeamos por el sur el Peñón de los Enamorados. Tras trasponer el puerto que se ve al fondo, damos vistas hacia la zona norte de la Sierra de las Nieves. Recorremos la zona de Los Ventisqueros, un paraje inhóspito y despejado donde soplan fuertes vientos en invierno. A nosotros apenas acude una ligera brisa que refresca los 22 grados que hemos estado sufriendo en pleno diciembre en la parte alta de la Sierra.
Damos vistas al pinsapar del Hornillo y, detrás, vemos la característica curva caliza del Peñón de Ronda, otro de los lugares mágicos de estas montañas.
El sendero perfectamente marcado nos va dirigiendo hacia el pinsapar de Yunquera comenzando una ligera bajada.
Poco a poco nos vamos acercando a zonas más boscosas.
El camino comienza a hacer zetas para bajar con más decisión. Nos introducimos en el pinsapar. En una de las curvas hacia la izquierda nos salimos unos metros del sendero hacia la derecha para sentarnos en unas rocas y disfrutar de las buenas vistas hacia el pinsapar de Juanisco Huelva. Atardece y es el perfecto lugar para hacer una parada y recrearnos en la belleza de estos bosques neblinosos. A unos 50 metros de nosotros, en una pared rocosa, cuatro cabras montesas nos observan sin saber si huir o no ante dos senderistas que están quietos escuchando simplemente el silencio de las montañas.
Tras el descanso y la meditación volvemos al camino apenas unos metros. Encontramos en este punto un desvío bien hitado hacia la derecha que debemos coger para ir al mirador de Caucón. Si seguimos de frente llegaremos en media hora al mirador de Saucillo y tendríamos que volver al coche haciendo varios kilómetros por pista. Así que hay que estar pendiente de este desvío. Por tanto, tiramos hacia la derecha y el sendero nos conduce hacia abajo de forma decidida. Hay que tener cuidado con los resbalones.
En unos 25 minutos llegamos a la fuente de Juanisco Huelva, también seca.
Seguimos descendiendo hasta incorporarnos a un sendero que debemos coger hacia la izquierda. En unos cientos de metros vamos llaneando hasta llegar al mirador de Caucón/Ceballos donde está el coche dando por finalizada esta ruta.

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