Solo el 2% de los incendios en las sierras malagueñas fueron por causas naturales

La plataforma Sierra Bermeja Parque Nacional ha llevado a cabo un interesante análisis del estudio recientemente publicado en la revista Euro-Mediterranean Journal for Environmental Integration (González Moreno y Senciales González 2024)  sobre los incendios forestales de las últimas tres décadas en la provincia de Málaga, en especial, los factores que los acentúan, la eficacia de las medidas contra incendios y sugieren estrategias de mitigación.

Según asegura el estudio, los resultados confirman la tendencia que se aprecia a nivel global en el litoral mediterráneo peninsular con un cambio en el régimen de incendios asociado al cambio climático y comportamientos extremos de los fuegos por el aumento de las masas forestales debido al abandono de la gestión de los bosques, entre otras causas.

Sierra Bermeja y las sierras de la Costa del Sol Occidental aparecen citadas en el análisis de variables que suponen más riesgo, como la mayor continuidad del combustible, los elevados niveles de peligrosidad relacionados con la actividad humana y los puntos de agua y de vigilancia deficientes o insuficientes. También, de otras variables estudiadas, como la concentración de vegetación de alta inflamabilidad o por haber padecido incendios pese a ser zonas protegidas (Red Natura 2000 o Paraje Natural) o gestionadas por la administración pública.

Uno de los aspectos interesantes del estudio es el análisis de la inflamabilidad de la vegetación (muy baja, baja, moderada, alta y muy alta) en función de las especies presentes y su traslación a las coberturas vegetales del suelo en zonas quemadas y no quemadas durante el periodo 2010-2022. La vegetación de alta inflamabilidad se concentra, en mayor medida, en la parte occidental de Sierra Bermeja, Alhama y Almijara y los Montes de Málaga.

En el estudio se demuestra lo que ya aseguraban los expertos: la inflamabilidad de las cubiertas vegetales no ha influido en la ocurrencia de incendios forestales. Esto es algo que vienen señalando los especialistas en análisis del fuego, sobre todo a raíz de la demonización del pino: los incendios y la severidad de los mismos tienen más relación con la estructura de la masa forestal  que con la inflamabilidad de las especies afectadas; la estructura de la masa forestal más propensa a los incendios tiene relación con el abandono del bosque y la falta de gestión.

Se confirma que el cambio en la dinámica de los incendios forestales guarda relación con el éxodo rural, que ha provocado el abandono de los bosques y el aumento excesivo de los combustibles forestales. En cuanto al peligro directo causado por las actividades humanas como el tráfico y la existencia de infraestructuras, vías de comunicación y poblaciones, la peligrosidad muy alta y extrema se encuentra en la mitad sur de la provincia, especialmente en las comarcas próximas a la costa, destacando elevados niveles de peligrosidad en Sierra Bermeja y Sierra Blanca debido a la influencia de municipios de la Costa del Sol Occidental, así como en Sierra de Mijas y Montes de Málaga.

Respecto a las causas, señala el estudio el alto porcentaje de incendios provocados por el hombre: negligencias (34%), intencionados (33%), accidentales (10%), causa desconocida (20%), naturales (2%) y reproducción (1%).

Son pocos los incendios provocados por causas naturales en la provincia de Málaga (2%). Los autores establecen dos subperiodos para este tipo de incendios, 1990-2009 y 2010-2020, relacionando el segundo periodo con el cambio climático, en concreto porque el aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones han incidido en la sequedad de la vegetación.

RECURSOS INSUCIENTES

Señalan los autores que los puntos de agua son deficientes en la Sierra de Antequera y en Sierra Bermeja. En puntos de vigilancia, no existen en la Sierra de Mijas y son insuficientes por extensión en los Montes de Málaga, las sierras sureste de la Axarquía y la Sierra de Antequera, así como otras zonas occidentales como Sierra Bermeja, que deberían ser bien vigiladas por la recurrencia de los incendios forestales en ellas.

La red de cortafuegos es insuficiente en la comarca Serranía de Ronda y en la zona occidental de los Montes de Málaga, al igual que en las sierras meridionales de Blanca, Alpujata y Mijas y en las sierras surorientales (donde sólo existen en Sierra Tejeda), y en las sierras occidentales de Líbar y Blanquilla son incluso inexistentes.

Existen incendios en zonas protegidas de la Red Natura 2000 y RENPA, por ejemplo Valle del Genal, Sierras Bermeja y Real y Los Reales de Sierra Bermeja. Un dato que llama la atención es que en los incendios del periodo 2010-2022, el 24% era territorio no gestionado por la administración pública, mientras que el 76% restante si lo estaba (o debería estarlo) ya que corresponde a montes públicos, espacios naturales protegidos y Red Natura 2000. Este dato debería hacer reflexionar a la administración sobre si están siendo eficientes la gestión de los montes públicos y espacios naturales protegidos.

MEDIDAS PROPUESTAS

Los autores proponen desarrollar una “planificación multifuncional” con el doble objetivo de conservar el medio natural y aprovechar económicamente el bosque. Señalan también que las medidas de extinción aplicadas en las últimas décadas no pueden mejorar la situación en relación a los incendios forestales, a lo que se añade que las medidas de prevención no están suficientemente desarrolladas.

Proponen utilizar la ganadería en combinación con los cultivos para crear “paisajes cortafuegos”, además de propiciar la extracción de biomasa del matorral. Por supuesto, señalan también medidas de selvicultura preventiva, como eliminación de restos vegetales, reducción de densidad o fomento de la heterogeneidad, incluso utilizando quemas prescritas.

En relación a los usos antrópicos, las medias propuestas son la limitación del tráfico en zonas forestales y semiforestales en épocas de riesgo meteorológico extremo y desincentivar la construcción en la interfaz forestal-urbana.