Tiempo de promesas electorales. Los partidos políticos que concurren a las elecciones municipales estarán hasta el día 26 de mayo dando a conocer sus programas en materias como la vivienda, la movilidad, la transparencia o el deporte. Pero pocos han puesto el acento en la necesidad de que Marbella y San Pedro cuenten con un funcionario municipal clave, que nunca ha existido en nuestra ciudad: el arqueólogo municipal.

¿Es necesario? Basta mirar a Estepona: el arqueólogo municipal de nuestra ciudad vecina, y todo su equipo, lleva más de 20 años aplicando una estrategia de conservación, identificación y puesta en valor del patrimonio histórico de Estepona que se materializa en el Museo Arqueológico en la histórica Casa del Aljibe (antiguo Ayuntamiento), los Museos Paleontológicos o Etnográficos en la Plaza de Toros, etc. En Marbella, el proyecto de convertir el Convento de la Trinidad en Museo Histórico lleva varado desde hace más de quince años. Y la impresionante colección de la Provisión de Fondos Arqueológicos,  piezas inapreciables de casi todos los periodos de la Historia de Marbella, ha sido relegada a un oscuro sótano bajo el auditorio del Parque de la Constitución.

El Museo Arqueológico de Estepona es un ejemplo de puesta en valor del patrimonio local.
Estado ruinoso del Convento de la Trinidad donde el Ayuntamiento lleva muchos años prometiendo el Museo Histórico de la ciudad.

El papel del arqueólogo municipal es muy importante. Está presente en cualquier obra que se lleve a cabo en el término municipal. Es el vigilante que está atento a si, entre palada y palada de la excavadora, aflora algún resto de interés arqueológico. Además, organiza y participa en jornadas de patrimonio e historia y atiende al buen estado de todos los yacimientos del municipio.  

En Marbella esto no es así. Sólo en aquellos lugares donde el suelo tiene un nivel de protección, como el Casco Antiguo, es obligatorio que la empresa constructora pague a una empresa de arqueología privada para que les haga los estudios y la vigilanciaarqueológica pertinentes. ¿Es esto suficiente? Para muchos no. De hecho, las asociaciones Cilniana, Marbella Activa, Ecologistas en Acción Marbella, Ecologistas Malaka y la Plataforma No a las Torres de Alta Tensión-Paraje de Montemayor (Benahavís) solicitaron hace más de un año a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y a la Delegación Provincial en Málaga la declaración del casco antiguo de Marbella y sus ensanches tradicionales como conjunto histórico, para lograr el máximo de protección que la legislación otorga. No hubo respuesta.

En Marbella se han cometido auténticas tropelías a nuestro patrimonio. Por acción, basta mencionar los destrozos enormes provocados por empresas promotoras en el yacimiento fenicio de Río Real, en el poblado púnico/romano de Cerro Colorado o en el entorno de las Termas Romanas de Guadalmina. Por omisión, hay muchos ejemplos: el abandono del castillo milenario de Cerro Torrón, los molinos centenarios de Río Real o Villafañe en Guadalpín, el pecio del navío decimonónico Fernando en aguas sampedreñas, etc.

Si hubiera tenido Marbella un arqueólogo municipal muchos de los yacimientos mencionados en el párrafo anterior seguramente no habrían desaparecido o estarían puesto en valor. Pero ningún Ayuntamiento, del PSOE, del GIL o del PP, ha querido crear la figura de este funcionario tan esencial para preservar nuestro pasado.

Son tiempo de promesas. Y nadie se ha acordado del arqueólogo municipal.

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